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Ética ambiental

Ecología profunda y el papa Francisco

Por primera vez en la historia de la Iglesia Católica y de todas sus encíclicas papales, se amalgaman y se abrazan fraternalmente, la teología, la ciencia, el espíritu, la sociedad y la conciencia. La totalidad universal. Su Santidad el papa Francisco con su encíclica Laudato si ha encendido un cirio en el oscuro laberinto del futuro de la humanidad, iluminando la búsqueda de soluciones a la problemática ambiental y social que amenaza la vida y el planeta Tierra con su devastación y aniquilamiento. La corrupción, la pérdida de valores, la ignorancia, la ausencia de políticas justas y de ética son algunas causantes esenciales.

La Encíclica está conformada por seis capítulos divididos en varios subtítulos con temas específicos y cruciales para el futuro de la vida y el planeta. El santo padre afirma que las reflexiones teológicas o filosóficas sobre la situación de la humanidad y del mundo pueden sonar a mensaje repetitivo y abstracto si no se presentan nuevamente a partir de una confrontación con el contexto actual. Significa, entre otros temas, que el Papa convoca a utilizar el conocimiento científico en el análisis para “detenernos brevemente a considerar lo que le está pasando a nuestra casa común; la Tierra”. Laudato si es una obra magistral dirigida a los cardenales, arzobispos, obispos, sacerdotes, autoridades civiles y gubernamentales, fieles de la Iglesia Católica, de otras iglesias y a todos los habitantes de la Tierra. Insoslayablemente comprometidos en ser conscientes y llevarla a la práctica.

El concepto de desarrollo sostenible concilió la cuestión ambiental, política, económica, social, cultural y espiritual. Quizás sea el término político más íntegro concebido en la historia humana. Primero, porque internalizó la problemática ambiental y social a las políticas nacionales, corrigiendo las falencias, artificios y términos engañosos sobre el desarrollo, progreso y crecimiento económico. Segundo, porque globalizó a nivel planetario la cuestión ambiental, demostrando la interdependencia del todo, tal como lo evidencia el cambio climático planetario; demostrando científicamente que existe un capital crítico global que determina el funcionamiento de la tierra y la presencia de la vida. Tercero, porque comprobó que la degradación ambiental y la degradación social son causas y efectos dialécticos de las dos catástrofes. Cuarto, porque los valores espirituales son fundamentales para comprender, asumir los vínculos sagrados de nuestros orígenes con el proceso de la creación y de la vida en la tierra. El origen etimológico de las palabras ecología, economía y ecuménico es oikos, casa, hogar, la yierra.

Afirma el Papa en la encíclica que no hay dos crisis, ambiental y social, sino una sola originada en la corrupción, pérdida de los valores, la ética, el respeto y la solidaridad. Y conmina a los gobiernos a ennoblecer la política, recuperar la gobernabilidad y establecer modelos de desarrollo sostenibles en términos de justicia con los menos favorecidos y la protección del mundo natural, tal como lo reza Laudato si, “alabado seas mi señor, por la hermana nuestra Madre Tierra; alabada sea la creación”.

El autor es ecólogo y escritor


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