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Deuda Pública

Economía y desgobierno

Finalmente, la Contraloría General de la República confirmó la magnitud del descalabro. En 2020, la economía se derrumbó en un 18% (La Prensa, 2 de marzo). Ya Indesa y Fitch Ratings habían anunciado un desplome de esa magnitud (La Prensa, 14 de febrero), la peor caída desde que se calcula en Panamá el producto interno bruto.

Semejante desastre es la obra maestra del gobierno de Cortizo, que ha superado, con creces, los logros de la dictadura de la que proviene. En 1988, el año de mayor contracción durante la crisis norieguista, la economía se contrajo en 13%.

Cortizo superó a su maestro en 5 puntos y por eso será recordado eternamente. Cuando, en 2024, el PRD aspire a reelegirse—abanderado por el impresentable Carrizo—podrá exhibir, como principal carta de presentación, esa estadística no superada en los anales de nuestra historia.

Los voceros del peor gobierno del que tengamos recuerdo atribuyen esta catástrofe a factores externos. (O sea, la culpa es de otros.) El ministro de Economía, al que algunos despistados calificaron “de lujo” por sus largos años de servicio a la dictadura, adujo que el “hecho de ser una economía muy ligada al mundo, realmente en momentos como este crea una situación especial” (La Prensa, 14 de febrero).

Intenta evadir así su responsabilidad y la de su jefe por el pésimo manejo de la pandemia, en particular y el gobierno, en general. Muchas economías están ligadas al mundo, pero pocas han sufrido una pérdida similar. Según Fitch (3 de febrero), solo 3 de los países a que la agencia da seguimiento tuvieron peores resultados: Macao, Maldivas y Líbano.

El descalabro panameño es producto del mal gobierno de Cortizo y sus desatinadas medidas, comenzando por el inconstitucional y dilatado encierro. De acuerdo con Fitch (3 de febrero): “Las estrictas y prolongadas medidas de confinamiento en Panamá condujeron a una profunda reducción de la actividad económica.”

A ello hay que sumar las torpezas y corruptelas del gobierno, avaladas por el ministro “de lujo” y sus ineptos compañeros de gabinete. Según la Contraloría General de la República, al 30 de noviembre de 2020 (no hay cifras oficiales más recientes) había mil 337 empleados públicos más que el año anterior (0.6%).

Usted, que es iluso, creerá que todos han sido asignados a la “guerra” de Cortizo contra la Covid-19.

Entre enero y noviembre de 2020, el gobierno pagó 248 millones adicionales en salarios que en los primeros once meses de 2019, lo que representa un aumento de 6.5%. En otras palabras, el número de funcionarios aumentó 0.6%, pero el gasto aumentó 6.5%.

¿Qué significa esto? ¿En medio de la crisis se les ha aumentado el salario a algunos avivatos?

La planilla del sector público, que ascendió a $4.1 mil millones entre enero y noviembre de 2020, representó el 98% de los ingresos corrientes a esa fecha ($4.2 mil millones) y el 128% de las recaudaciones tributarias ($3.2 mil millones). Dicho de otra forma, al 30 de noviembre de 2020, los ingresos del gobierno no alcanzaban para pagar la planilla; mucho menos, los gastos adicionales de funcionamiento.

¿Cómo se han balanceado las cuentas? Con préstamos: entre enero de 2020 y 2021, la deuda publica aumentó en $9 mil millones (30%), hasta alcanzar la escandalosa suma de 38.9 mil millones de dólares.

Solo entre el 31 de diciembre de 2020 y el 31 de enero de 2021, el endeudamiento aumentó, de $37 mil millones a la cifra indicada—o sea, en casi dos mil millones de dólares. Pero la fiesta de la deuda comenzó desde el mismo día en que entró Cortizo.

Entre el 1 de julio de 2019 y el 31 de diciembre de 2020, la deuda pública subió $12.3 mil millones. En promedio, el pésimo gobierno actual nos ha endeudado en 647 millones de dólares al mes.

Ni la peor de las malas administraciones anteriores se le acerca: el promedio de Torrijos es $30 millones mensuales en 2004-2009; el de Martinelli, $114 millones entre 2009 y 2014; y el de Varela, 150 millones entre 2014 y 2019. Usted, que es iluso, creerá que nadie cobra comisión por “gestionar” tan eficientemente la deuda pública.

Si en 2020 el producto interno bruto bajó a 52.9 mil millones de dólares (La Prensa, 2 de marzo) y el saldo de la deuda al final de ese año se situó en 37 mil millones de dólares, la relación deuda/PIB se ubica, por lo menos, en 70 por ciento. O sea, de cada dólar que produjo la economía panameña en 2020, les debemos 70 centavos a los tenedores de bonos y otros acreedores.

La situación económica dibujada a grandes rasgos es insostenible. No hay ni plan, ni hoja de ruta, ni bitácora para promover el crecimiento económico, menos aún el desarrollo humano. Estamos en manos de los peores gobernantes.

El autor es politólogo e historiador y dirige la maestría en Asuntos Internacionales en Florida State University, Panamá.


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