La conectividad permite que cualquier situación sea propagada en las redes y se torne viral. Sin embargo, la velocidad con que esto ocurre varía según el propósito y el contenido de la comunicación, evidenciado en temas de mujeres.
Los modelos femeninos en campos como la ciencia y las artes plásticas, por ejemplo, son escasos. Esto no se debe a la ausencia de mujeres brillantes, talentosas y valientes, sino a el mensaje de su labor no reconocido adecuadamente. Pero esto no es natural, sino social, y por tanto puede y debe ser cambiado.
El 22 de diciembre de 2015, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 11 de febrero-#11F como el día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. En febrero del 2018, tuvo lugar por primera vez en Panamá un conversatorio conmemorando esta fecha. Ese año el tema fue “Pasado, presente y futuro de la mujer y la niña en la ciencia en Panamá”, y contó con el privilegio de compartir con científicas prestigiosas e icónicas como la doctora Rosa María Britton (q.e.p.d.) y la doctora Blanca de Hernández, entre otras.
El tema central de nuestro evento anual, a realizarse en la Ciudad del Saber, es “Liderazgo en la Ciencia”. La UNESCO indica que el 28% de los investigadores a nivel mundial son mujeres. Ese porcentaje disminuye cuando nos referimos a cargos de responsabilidad más elevada.
En Panamá, un estudio sobre el estado de la ciencia y la tecnología, realizado en el 2018 por Rodríguez y De León, titulado Diagnóstico de género sobre la participación de la mujer en la ciencia en Panamá, muestra que la presencia de mujeres disminuye cuanto más elevado sea el cargo. En Estados Unidos y Europa, alrededor del 50% de las personas que obtiene doctorados en ciencia y tecnología son mujeres, pero menos del 5%, tiene un cargo jerárquico elevado comparado con sus pares.
El objetivo de estos eventos no se limita a visibilizar la figura de mujeres en la producción científica. También busca que la comunidad científica y la sociedad comprendan que la brecha de género y la inequidad limitan la capacidad de desarrollo y servicio de la ciencia al bienestar humano. ¡Eso debe cambiar, está cambiando y cambiará!
La autora es farmacóloga y miembro fundador de Ciencia en Panamá