Guillermo Sánchez Borbón, ése ser extraordinario, autodidacta, con una cultura amplia y profunda, con una experiencia político ideológica de círculo completo, escritor premiado, periodista único, creador de un nuevo género del periodismo que combinó -en una sola columna- información, opinión y elementos didácticos, salpicado todo con humor y, sobre todo, con una valentía también única, ése gigante de la pluma fue también mi amigo en forma increíblemente original. En ausencia de mi padre –desaparecido muy joven– Guillermo fue para mí una figura paternal, mientras que en asuntos mundanos fue como un hijo .
Mucho hablábamos Guillermo y yo de literatura y de libros. Muy a menudo la gente que lo conocía por primera vez, en mi presencia, le preguntaba: “¿cuál es el libro más interesante que ha leído?” Y, para sorpresa mía y de todos, contestaba, sin pensarlo mucho y con su típica fuerza de convicción: “¡ése libro es la Biblia”. Por su adhesión ideológica al marxismo ateo en una importante parte de su vida, esta respuesta era una sorpresa viniendo de este literato que parecía haberlo leído todo.
Decía Guillermo que si uno tenía la paciencia de superar el idioma antiguo en que está escrita, la Biblia era sin duda el libro más interesante del mundo.
Hace unos días, una muy apreciada pareja vecina nuestra en Coronado nos hizo llegar un folleto titulado “Prioridades”, cuyo artículo titular es “La Biblia, un libro de esperanza”. Soy una persona creyente y espiritual, pero no religiosa, así que confieso que abrí el folleto con poco entusiasmo, pero enseguida me llevó a repensar -como lo hago a menudo- en Guillermo, cuya ausencia siento casi que permanentemente, y comencé a leer el folleto, que me tomaré la libertad de citar muchas veces.
La Biblia tiene “unos 1,000 años e incluye a más de 40 autores”. “La Biblia es sin duda el libro más atacado por gobernantes poderosos, filósofos, científicos influyentes e, incluso, por religiosos mismos”.
“No obstante, la Biblia ha sobrevivido y todavía prevalece”.
“Es el libro de mayor circulación en la historia de la humanidad”.
En 2020, Guinness estimó que se han distribuido aproximadamente 6,000 millones de Biblias en el mundo. Además, es el libro más traducido de la historia humana.
“La Biblia es el libro más largo y contiene 185 canciones [Salmos] y una buena cantidad de poesía. La canción más corta tiene solo 7 palabras, en hebreo; la más larga es el Salmo 119. Moisés es el primero en contar en la Biblia [Éxodo 15]. El substantivo ‘cristiano’ solo aparece 3 veces en la Biblia [Hechos 11:26, 26:78 y Pedro 4:16]. El nombre que más se repite es el de David [1,118 veces]; el substantivo ‘Dios’ se repite 4,049 veces. Capítulos de la Biblia reproducidos al audio, 7,500 millones”.
“La Biblia está compuesta por el Antiguo Testamento [los libros considerados sagrados por el judaísmo, religión de mi padre], comenzando con la Creación y terminando con los Profetas, 400 años antes de Cristo. Y el Nuevo Testamento [religión de mi madre], que describe la vida de Cristo en la tierra, seguido por la historia de los primeros cristianos y de la Iglesia, para terminar con un libro profético que nos muestra la participación de Dios en la historia del mundo, y pronostica nuestro destino final”.
La Biblia es un mapa, un libro de historia, un manual, una carta de amor, un texto de filosofía. Todo en un solo libro.
Todos estos datos son un esfuerzo por describir el libro más importante, el superlibro de mi querido amigo Guillermo Sánchez Borbón: la Biblia.
El autor es fundador del diario La Prensa
