Shepsle y Bonchek
En los planes de estudio de los aspirantes a políticos (en el caso remoto de que estas bestias aprendan algo cuando pasan por un colegio) deberían ponerse a leer un ensayo como “Las fórmulas de la política” (Ediciones Taurus), de Kenneth A. Shepsle y Mark S. Bonchek, ya que ese ejercicio intelectual los ayudaría para evitar que haya tanto inmoral, sinvergüenza y repugnante que use este oficio para engañar y manipular sin asco, y lo que es peor, que roben sin cesar.
Este libro no es denso, aunque por ser una ciencia social lo que detalla podría serlo; evita el juego anecdótico de este colectivo, por más que de los políticos uno se podría burlar por días enteros.
Esta pieza analiza las democracias modernas, en especial la de Estados Unidos, así como los mecanismos y las creencias que impulsan a un elector a votar por tal o cual candidato y cómo el Estado, la sociedad civil, los economistas, los abogados, los sociólogos y los medios de comunicación social abordan el fenómeno político.
De la unión americana miran el comportamiento de los ciudadanos promedio (desde los racionales hasta lo incongruentes) en situaciones específicas como la Guerra Civil, la Gran Depresión y la nefasta etapa presidencial de Ronald Reagan.
Kenneth y Bonchek afirman que las decisiones de los votantes son más guiadas por la manipulación de los estrategas que por un acto estudiado, y que en la cesta de la política hay más manzanas podridas que sanas. A pesar de todo, abogan por la democracia como sistema político por encimas de las tiranías.