Hoy por hoy



Desde su fundación, La Prensa se comprometió a luchar por la libertad y en contra de la corrupción. Hoy se cumplen 41 años y las batallas han sido demasiadas. Panamá recobró su democracia mas no la decencia. La corrupción patrocinada desde los cuarteles se mudó a Palacio, y reina con la misma impunidad que gozaba al amparo de los fusiles. No parece haber pasado el tiempo, solo las cuantías. Y la justicia permanece idéntica, cómplice vergonzosa del latrocinio interminable. La corrupción es hoy la peor amenaza que pesa sobre nuestra democracia. En vano parecen haber caído los años de luchas, exilios, sangre e incontables sacrificios, porque los civiles roban y mienten con la misma impunidad que siempre protegió a los militares y su círculo de serviles. La corrupción dejó de calzar botas y viste de cuello y corbata. Y la lección de estos 41 años es que no importa si visten uniformes verde olivo o ropa de marca, nuestros funcionarios deben ser vigilados de cerca. Y es lo que hace La Prensa cada día, y seguirá haciendo, a pesar de las amenazas, del acoso judicial y de los ataques que aprendieron de los militares.

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