Se publicó la semana pasada un artículo titulado "Megaproyectos megadesastres, megacorrupción", el cual se refería a una serie de cuestionamientos sobre lo positivo o no que podrían ser los megaproyectos anunciados.
Los panameños nos caracterizamos por criticar todo y por desechar los proyectos a largo plazo en pos de resultados inmediatos y efímeros. Lastimosamente, si queremos algún día salir del subdesarrollo y lograr reducir considerablemente los altos niveles de pobreza y desempleo, es necesario romper con esos paradigmas tradicionales y criollos de absoluta inmediatez.
Para el autor del artículo en mención, resultaba sospechosa la instalación de una refinería en Puerto Armuelles y lejos de la mención de miles de dólares no se entendía en qué pararía el beneficio.
Puerto Armuelles es una región extremadamente deprimida, en donde solo se percibe el aire de melancolía de lo que en otro momento fue bonanza bananera. Pues con la refinería se instalaría un polo de desarrollo social, trayendo consigo empleo y desarrollo para los 60 mil habitantes del área, lejos del tradicional desarrollo de la franja canalera.
Los miles de trabajadores que requiera el proyecto necesitarán de una infraestructura de soporte, desde farmacia y lavandería hasta hotel; todos los servicios necesarios para habilitar un proyecto de más de 7 mil millones de dólares. Esto sin hacer referencia a que el proyecto generaría casi el 40% de la energía eléctrica que se produce en Panamá logrando, finalmente, reducir significativamente el costo de la luz de todos los panameños. Eso es progreso y desarrollo. Así se logra el cambio.
Lo cierto es que estos proyectos no surgen de la noche a la mañana y, peor aún, son muy difíciles de realizar.
Son siempre más sencillos y populares los proyectos inmediatos en los que se corta cinta por doquier, en esfuerzos inútiles por remendar necesidades sociales que requieren mucha más inversión y generación de empleo.
Por eso, cada vez que se anuncie otro proyecto de infraestructura, en vez de rechazar el proyecto porque seguro "hay gato encerrado" sin siquiera analizar sus implicaciones, seamos panameños constructivos, partícipes del desarrollo. Involucrémonos en los proyectos, pero eso sí, vigilantes en todo momento de que se manejen con transparencia, y que el beneficio permee hacia todos los panameños.
