Tiene razón el escritor James Salter, cuando dice que “sólo las cosas conservadas por escrito tienen posibilidad de ser reales’. Un libro es entonces, partiendo de esta frase, un espacio donde perdurar, un lugar donde ser para siempre. Por eso, la aparición de este libro póstumo, “Escribo lo que pienso”, del profesor y Catedrático de “Ciencia ficción” (Economía) de la Universidad de Panamá, afianza la memoria y el legado de una de las mentes y almas más brillantes de nuestro país.
El libro, con prólogo del escritor Marco Ponce Adroher, consta de dos partes. La primera está formada por conferencias y artículos escritos por José en distintos medios impresos, donde pone en claro su punto de vista, siempre brillante, vivaz e incisivo. Sin arredrase, sin medio silencios que le salven de la crítica, José escribe lo que piensa de música, de literatura, de Historia, de Panamá, claro, de Moscú, cómo no, también de Israel.
La segunda parte es un álbum de fotos escrito por los amigos de José Ardila, que nos dejó un poco más solos en 2017. Desde muchas partes del mundo, los retratos del hombre que fue y sigue siendo, se configuran entre dos aspectos: su bondad y su agudeza intelectual. Una segunda parte firmada por escritores, músicos, profesores universitarios, todos ellos despojados de sus títulos para presentarse con el mejor de todos, el de amigos que recuerdan con profundo cariño al que se ha ido para quedarse para siempre, ahora por escrito, para nunca dejar de ser entre nosotros.
El legado de este gran observador de nuestra circunstancia debe ser leído. José nos enseña a mirar más allá de lo obvio, a reírnos con criterio sin dejar de poner el grito en el cielo; nos empuja a conocernos para saber que otro Panamá es posible si nos ponemos manos a la obra. Unos textos que rebosan cultura, generosidad y un espíritu de cambio inquebrantables que nos hace mucha falta en estos momentos.
El autor es escritor