El problema más grave de nuestro país es la desigualdad. Somos un país rico lleno de pobres, lo cual debe ser para todos -¡para todos!– inaceptable.
Señores precandidatos: ahora que entramos en fase electoral, el problema primario a resolver con soluciones es la desigualdad. Queremos escuchar propuestas de soluciones concretas y radicales para resolver los problemas –dentro de la democracia– de la educación (hoy fábrica de desigualdad) y el agua (requiere una nueva y radical institucionalidad). La salud (CSS) requiere también de institucionalidad nueva y radical concreta, así como la justicia y seguridad (que requiere cambios constitucionales).
Señores políticos: no nos vengan con los tradicionales libretos engavetables mal llamados “planes de gobierno”. ¡Dígannos concretamente qué cambios proponen para estos 4 ó 5 problemas más graves de la desigualdad.
Ahora bien, volviendo al tema del agua: tenemos hoy como director del Idaan a Juan Antonio Ducruet, quizá el profesional panameño que más sabe del tema en nuestro país. Él mismo dijo a La Estrella: “El acceso al agua es un indicador directo de si un país es equitativo o no”. Está clarito. En Panamá, cerca de 1 millón de panameños no tiene acceso a agua fiable y saludable, así es que, según el propio Ducruet, ¡nuestro país no es equitativo!
Confío que el Idaan –bajo Juan Antonio Ducruet– está en las mejores manos, pero con la legislación y la institución existente actualmente no podrá más que “emparapetar” la vieja e ineficiente entidad del Idaan.
Nosotros esperamos de él mucho más. Esperamos que con Ducruet trabajando junto al equipo de la ACP, que se dedica a un profundo estudio de la situación del agua (potable y para el Canal), se logre una propuesta de Estado para resolver de una vez por todas no solo la producción de fuentes y reservas de agua, sino una radicalmente nueva institución estatal que sustituya al Idaan para la producción de agua potable, su distribución y su cobro, con una ruta acordada para los próximos 50 años.
Le pido a Juan Antonio Ducruet que no proponga “lo posible”, porque sabemos que las circunstancias políticas actuales no son conducentes a cambios radicales para resolver ningún problema, menos aún uno de los más graves en términos de equidad.
Por eso le pedimos que construya “lo necesario” para corregir uno de los problemas más graves de desigualdad existentes. Quizá en otro momento podamos lograr que se siga la “ruta de Estado” que proponga.
Panamá tiene sobrados privilegios de muchas cosas de gran importancia. Una de ellas es el agua, que debemos todos pagar a un precio diferenciado por capacidad de pago y que venga en una sola factura eléctrica, de agua y recolección de la basura, para que nadie deje de pagar a tiempo. También debe considerarse la descentralización de la producción, la distribución y el cobro del agua, para asegurar la solución en toda la República y, sobre todo, en todas las comunidades, por más alejadas que se encuentren.
Ningún panameño –¡ninguno!– debe vivir sin este líquido, vital para la vida.
El autor es fundador del diario La Prensa

