La opinión de Rubén

La opinión de Rubén


Apareció este pasado sábado una entrevista con Rubén Blades en El País. No digo nada nuevo al afirmar que Rubén le da a todos los temas: es un ser libre, cuya libertad radica en su pensamiento crítico. Se ha ganado un lugar en la plaza para decir lo que piensa, a pesar de que los entusiastas de la ignorancia merodean con su mejor arma: la falta de comprensión lectora.

Dice Blades, hablando de su abuela: “Así, otra vez, yo le pregunté si éramos pobres. Me respondió que por qué le preguntaba eso y yo le dije: “Bueno, porque veo que hay cosas que nosotros no tenemos ni podemos comprar”. Y ella me contó: “No, mira, nosotros no somos pobres, nosotros lo que pasa es que no tenemos dinero”. Y yo: “Bueno, ¿no es lo mismo?”. “No, no es lo mismo”, me dijo, “pobre es el que no tiene intelecto ni espíritu, pobre es el ignorante. Un idiota se gana la lotería mañana y no deja por eso de ser pobre. Hay gente que es pobre porque lo único que tiene es dinero. No estés pensando en eso”. ¡Una lección del carajo! No se me olvidó como fundamento.”

Entonces llegan los que no entienden, y afirman que el tipo habla desde su posición de rico. En lugar de ver el fondo y la razón, se quedan en el plástico de las palabras. Hay que remitirles a la canción “De qué”, año 1981, para que interpreten con criterio las palabras del cantante. Definitivamente, lo que asusta de esto, es que la gente vive instalada en la mediocridad activa, en “la indiferencia”, como apunta Blades en la entrevista.

Vale la pena escuchar la opinión de Rubén, y rebatirla con altura intelectual y no desde el resentimiento clasista. Esta actitud populista nos encierra en el fatal inmovilismo cívico que está regado como una peste por nuestro país, y nos tiene anclados en la corrupción y la mediocridad.

El autor es escritor

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