La lectura ante un contexto tecnológico: Danysabel Caballero



Es indiscutible el espacio que, día a día, ocupa la tecnología en nuestras vidas y en diferentes contextos: hogar, escuela, trabajo, en los ámbitos de recreación, políticos y hasta en los recintos erigidos para manifestaciones de orden espiritual. Este cambio social implica nuevas formas de interacción y socialización, por encima de la internacionalización, supraindividual y suprafuncional, equitativa entre los sexos, culturas y generaciones.

Hemos denominado al siglo XXI como el siglo del conocimiento, que de la mano del desarrollo tecnológico, genera gran cantidad de información en mucho menor tiempo. No se trata solo de que hoy día se cuente con un ordenador o una tablet, se trata de programas, herramientas, juegos, películas, música e insumos tecnológicos; y de vinculaciones con comunidades y personas, dentro y fuera, de nuestras fronteras territoriales.

Ante las tecnologías de la información y la comunicación, la educación y la retoma de los hábitos lectores en diferentes soportes pasan a ser un tema cardinal y necesario de mantener y de abordar, ya que cada vez más personas interactúan de modo virtual y global. Por otra parte, las bibliotecas y los centros escolares deben atender mayores retos para dar respuesta a las demandas de la sociedad, a esta nueva generación de niños y jóvenes “nativos digitales”, según (Prensky, 2001), Net-Generation o Generación I (Bringué y Sadaba, 2008).

Por fortuna, gran parte de lo que se despliega en las redes es material escrito y de lectura, en consecuencia, la tarea primordial que tenemos, tanto padres como educadores, es promover la lectura en los medios digitales. La determinación de criterios entre lo que vale la pena leer y lo que no, es tarea consustancial a la de la promoción de la lectura. Esos criterios deben difundirse entre niños y adolescentes, tarea que implica una gran capacidad argumentativa y comunicacional  de los adultos, especialmente de los profesores.

A nivel de los tomadores de decisiones en el Estado, desde esta tribuna, proponemos que se establezcan bibliotecas e infoplazas en distintos puntos de esparcimiento de la ciudad capital, como la cinta costera, parques, plazas y que las bibliotecas escolares cuenten, también, con este servicio.

A los educadores se les motiva a implementar materiales digitales para el uso y conocimiento de las aplicaciones de lecturas en ebooks, así como nuevas estrategia de aprendizaje con soportes tecnológicos variados, que contribuyen a aumentar la capacidad intelectual de los estudiantes. Es evidente que los profesores juegan un papel importante en el desarrollo de las nuevas tecnologías, por eso, deben favorecer su uso, abarcando las nuevas competencias que les abre la era de la información. Poseedores de las competencias tecnológicas de comunicación, información y transferencia del conocimiento, ellos estarán en capacidad absoluta de orientar y guiar a los estudiantes en el acceso a las nuevas tecnologías, de manera eficiente, para la búsqueda del conocimiento basado en la lectura con documentación veraz y científica.

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