Para aquéllos a quienes resulte poco conocida, la farmacología es la ciencia que estudia la composición, las propiedades y la acción terapéutica de los medicamentos; es por ello por lo que toda carrera de las ciencias de la salud contiene esta asignatura en su currículo. Para enseñarla hay que entenderla, experimentarla y amarla; la media con la que los farmacólogos alcanzan las competencias necesarias es de al menos 10 años de estudios, que incluyen desde luego licenciatura, maestrías, doctorados y postdoctorados en sus áreas de investigación.
En Panamá, hay muy pocos farmacólogos con las credenciales de que su especialidad sea esta ciencia y, de este grupo, la mayoría nos encontramos formando parte de la academia, principalmente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
Como ocurrió en todos los ámbitos laborales, la llegada de la pandemia significó un cambio en muchos paradigmas, incluyendo la enseñanza y particularmente en materias que de por sí ya son complicadas. Sin embargo, no hay duda de que la Facultad de Medicina supo afrontar el nuevo escenario y, en la misma semana que se decretaba la emergencia sanitaria y la cuarentena, fuimos capaces de trasladar la educación presencial a la virtualidad, siendo pionera dentro de la primera casa de estudios.
La transición a la educación virtual fue facilitada gracias al apoyo del profesor visitante de la Universidad de Salamanca, el doctor José Luis López Pérez, desde el año 2018, quien inició programas de capacitaciones, lo que permitió generar contenidos, dinámicas y material multimedia en la plataforma educativa Moodle, la misma que el Ministerio de Educación adoptó para sus clases en línea meses después de iniciada la pandemia.
Sin embargo, aun con esta preparación, hubo otros factores que escapaban a nuestro control, como las constantes incidencias con la conectividad que afectaban las video conferencias (Zoom, Teams, Meet), producto del aumento en la demanda del uso de internet, y las condiciones sociales y familiares de los estudiantes, que por problemas económicos tuvieron que regresar a vivir con sus familias en el interior y sin conexión. Fue gracias a la intervención de la Asociación de Estudiantes de Medicina (AEMP), que con donaciones de profesores y egresados de la facultad, colectó fondos para recargas de data a los móviles y artículos de primera necesidad, que según encuestas, el 100% de los estudiantes contaba con estos dispositivos.
La evaluación del proceso enseñanza-aprendizaje en esta modalidad virtual, así como garantizar que los estudiantes aprovecharan el esfuerzo que realizaban sus profesores, fue un desafío enfrentado con ingenio y creatividad.
Hoy, 18 meses después, tenemos el retorno gradual gracias a la vacunación masiva y al uso de medidas de bioseguridad. Enfrentamos una problemática que no es nueva, la limitación en el espacio físico. Tan solo este semestre iniciado en el mes de agosto, el curso de Farmacología Médica cuenta con una matrícula de 204 estudiantes, toda una tarea para los seis profesores titulares y dos profesores asistentes con los que cuenta la cátedra. A pesar de esto, nuestro compromiso es mantener la calidad de qué enseñamos y cómo lo evaluamos. Las prácticas de laboratorio que, dicho sea de paso, somos los únicos en el país a nivel de pregrado que usamos modelos animales para ensayos preclínicos, impone mayor demanda de tiempo para cumplir con la bioseguridad y el aforo adecuado. Tras reuniones y consultas con la administración, se aprobó retomar las evaluaciones presenciales y realizar por primera vez los exámenes teóricos con el uso de la plataforma Moodle, en un modelo híbrido. Este reto trajo varias reflexiones acerca de sus beneficios, como reducir el uso de papel y tener las calificaciones a tiempo real. Los estudiantes reflexionaron la necesidad de mejorar sus métodos de estudio. Las actividades presenciales son necesarias para desarrollar las habilidades blandas propias de su carrera.
Los docentes estamos comprometidos con la educación médica y, en el Departamento de Farmacología, seguiremos aportando con nuestro trabajo, el grano de arena que necesita nuestro país para tener profesionales de salud capaces de enfrentarse a los desafíos de situaciones como la vivida con la Covid-19. Somos los formadores de esos héroes y heroínas de la pandemia, que han dado su vida, tiempo y esfuerzo para que, en estos momentos, Panamá este regresando poco a poco a la realidad de la interacción humana.
La autora es catedrática de Farmacología, Universidad de Panamá