Este 8 de marzo celebramos nuevamente el Día Internacional de la Mujer, promulgado por Naciones Unidas en 1975, en reconocimiento de la lucha de las mujeres obreras por igualdad, iniciado a mediados del siglo XIX. Hoy, ampliada a la igualdad de las mujeres y las niñas, esa lucha forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible dentro de la Agenda 2030.
No será fácil. Panamá, por ejemplo, ocupa el lugar 45 en el índice mundial de desigualdad de género, y la pandemia ha agudizado esa desigualdad. Las mujeres han desempeñado un importante papel en la lucha contra la Covid-19, como médicos, enfermeras y cuidadoras, por mencionar algunas actividades. Además, el cierre de los colegios -que no brinda mayor riesgo a la comunidad, según la evidencia científica- ha incrementado las responsabilidades de las mujeres, que deben estar pendientes a tiempo completo del cuidado y educación de los niños, como del cuidado del hogar y de adultos mayores, adicional a sus propios trabajos.
Una reciente encuesta del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales de Panamá (CIEPS) indica que este trabajo no remunerado es llevado en un 70% por mujeres . Al propio tiempo, la mayoría de los trabajadores informales son mujeres. Así, la estricta cuarentena y la falta de educación adecuada han generado un incremento de la diferencia salarial en las mujeres, de por sí existente.
La cuarentena ha afectado también el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva. En todo el planeta ha ocurrido un incremento de embarazos no deseados, embarazos precoces e interrupción de alto riesgo del embarazo, lo cual pone en riesgo la vida de mujeres y niñas. Han aumentado también los casos de violencia doméstica e intrafamiliar, pues las mujeres y niñas se han visto obligadas a estar más tiempo bajo un mismo techo con su abusador.
La lucha por la igualdad de mujeres y niñas en Panamá continúa, como en todo el mundo. La pandemia y la cuarentena han exacerbado y puesto en evidencia la inequidad de género. Nunca ha sido tan clara la necesidad de garantizar a las mujeres y niñas sus derechos básicos de salud, educación y seguridad, y mucho más.
La autora es doctora en salud pública y miembro de Ciencia en Panamá
