Nuestros señores diputados están por discutir el proyecto de ley 598, que regula el cabotaje y las actividades de transporte de mercancía entre los puertos internos de la República de Panamá.
Mientras tanto, hay gremios que analizan si es de importancia el nuevo proyecto de ley.
Como panameño que soy y trabajador en áreas de difícil acceso de mi país, puedo decir que este proyecto de ley, lastimosamente, beneficiará a la clase alta, los grande dueños de botes camaroneros y botes de pesca artesanal. Puedo pensar que, de aprobarse este proyecto de ley, el perjudicado será la clase baja y los pobladores de las áreas de difícil acceso. Me pregunto qué motonave subirá a Sambú a dejar logística o pasajeros; quién va a suplir de mercancía el Archipiélago de Las Perlas, así como también el litoral de la República de Panamá.
Además de esto, me pregunto qué hará nuestro gobierno para poder controlar el traslado y transporte de mercancías y personas a las áreas donde solamente se llega vía marítima. Hay pueblos donde, por décadas, solo se ha podido llegar de esa manera.
Puedo concluir que, de aprobarse este proyecto de ley, nuevamente será otro golpe al bolsillo de los pueblos de difícil acceso, ya que ahora no le llega el real a su bolsillo.
Con esta nueva ley que se estaría aprobando, todo Panamá sabe quiénes van a ser los beneficiados, el mismo círculo vicioso, y quién quita que algún padre de la patria tenga parte de la flota de cabotaje que existe en nuestro país.
El autor es oficial de marina y licenciado en Gestión y Operaciones Portuarias
