San Pablo en su carta a los Romanos compara a los gentiles (los pueblos no judíos venidos a la fe cristiana) como las ramas del olivo silvestre, que son injertadas en el olivo bueno, o sea el árbol de la fe y de las promesas, de la familia de Dios venida de los patriarcas. Fueron cortadas algunas ramas según el apóstol (se refiere a los que rechazaron a Cristo) pero llegará el momento en que los judíos se convertirán a Jesús, entonces serán como ramas reinjertadas en el olivo natural.
El olivo silvestre y el natural
31 mar 2002 - 05:00 AM