De repente te sorprendes y quedas perplejo al escuchar a funcionarios miembros del PRD, entre ellos a jóvenes diputados preguntar… "¿cuál es el apuro de crear una ley que blinde y obligue la implementación del documento final que emerja de la concertación, como la Estrategia para el Desarrollo Nacional, si tenemos informes en la Asamblea de que la pobreza ya viene cediendo?". Con estos comentarios como que se quiso dar a entender a los presentes, ¡se acabó el problema de la pobreza, ya escampó y no llueve más pobres!; y agregó más: "¿Por qué querer someternos a una estrategia de desarrollo como si fuera una camisa de fuerza, si nuestro gobierno ya tiene su plan para gobernar?".
Definitivamente, no pude evitar concluir que este joven desconoce que hoy existen 500 mil panameños bajo la línea de la pobreza extrema, y que estos solo ingieren azúcares y carbohidratos una vez al día y cero proteínas. ¿Sabrá este caballero que la expectativa de vida de los moradores en Curundú anda por los 65 años y a solo un kilómetro de allí sube a 75 años? ¿Sabrá él por qué?
Ante la lluvia de disparates y manotazos sobre la mesa y bravuconadas contra personas decentes que allí se encontraban, me saltó una idea… ¡ojalá el honorable presidente de la Asamblea, don Elías Castillo, ponga en práctica el método torrijista y realice una vez al mes sesiones en un pueblo del Panamá rural y olvidado, para que nuestros diputados que no tienen gastos por gasolina, se encuentren y miren vis à vis el rostro, olor y la mirada de la pobreza, ya paupérrima, y que se queden a pernoctar y traten de conciliar el sueño (los honorables), aunque sea una noche, en aquellos sitios donde aún no alcanza el brazo del Estado para distribuir a esos infelices lo que le corresponde en el reparto de la riqueza nacional, y que se rodeen de indígenas descalzos casi silvestres sin entidad ni registro de nacimiento, con tórsalos en el cuero cabelludo y preñados de toda la gama de parásitos, algunos de los cuales ya han muerto como consecuencia de la marginación y el hambre.
Se trataba, amigos lectores, de una reunión en la sede del PNUD, donde tres de las cuatro mesas de trabajo intentaban consolidar, precisamente, la propuesta para sugerir al Órgano Ejecutivo, dicho más claro, a Martín Torrijos, quien es el verdadero facilitador de la concertación, utilizando el conducto regular de la próxima plenaria que se reunirá hoy lunes y mañana martes, la conveniencia nacional de que él (Torrijos) eleve al Órgano Legislativo, la solicitud de crear esta "ley blindaje" que asegure larga vida al documento que compila los programas de desarrollo acordados en la concertación, y, además, lo inmunice contra la rapiña y el clientelismo que enferman a la clase política en el poder. Por ello, la mayoría de los integrantes de las cuatro mesas de trabajo aspiramos que se organice y cree un "fideicomiso" con los excedentes de las utilidades del Canal y la organización de un consejo que custodie y supervise el empleo correcto y cristalino de estos fondos para el desarrollo y no para más planillas, partidos políticos, botellas y burocracias.
Sugiero, entonces, que nuestro presidente y estadista avance en ese camino en el acto solemne, en ocasión de la clausura de la Concertación Nacional.
Con un afán constructivo debo expresar a los amigos del PRD, con ejemplares excepciones, que dejaron al finalizar dicha jornada, la sensación muy clara de que más les interesan las próximas elecciones del 2009 y sus intereses particulares políticos, que erradicar la pobreza, ignorancia, desnutrición y marginación de las actuales y futuras generaciones.
Confirmé, además, que en el propio entorno del presidente de la República, existen opositores que no creen en la proyección humanista de este gran Diálogo de la Concertación y que por ello no asisten a las reuniones de trabajo, y las pocas veces que han ido permanecen apenas unos 20 minutos y desaparecen. Finalmente, ante esta actitud equivocada de estos jóvenes políticos del PRD, solo resta decirles,…¡legislen con inteligencia y luces largas hoy, o llorarán mañana!; mientras, hay un pueblo en el medio, frustrado y padeciendo.
Me place reconocer y expresar a los inteligentes lectores que la concertación que nos facilita el Estado con el apoyo del PNUD está resultando en lo medular un diseño optimista, renovado y más eficiente, por supuesto, de nuestro sistema vascular para la irrigación de la riqueza y servicios básicos a lo largo de toda la anatomía del cuerpo de nuestra sociedad, que permitirá llevar bienestar social a los poblados y caseríos en los sitios más recónditos del país.
Los contrastes que refleja el índice de crecimiento de nuestra economía, uno de los mejores en América con el 8.2%, contrasta con los niveles de pobreza, los que en vez de disminuir se mantienen igual o crecen; situación que indica, sin ninguna duda, que la administración de la riqueza nacional con equidad en la actualidad y aún considerando los logros del gobierno actual a través del programa "Red de Oportunidades" y Prodec, ¡sigue siendo insuficiente!
Sugiero, respetuosamente, que todos reflexionemos llenos de solemnidad y miremos empinados hacia el futuro de nuestra airosa república y pensemos con responsabilidad de patria que a los panameños se nos presenta en la actual coyuntura histórica... la ¡gran oportunidad, quizás, irrepetible!, de trazar nuestro sendero hacia el desarrollo próspero, donde todos tengan oportunidades justas, es decir, trazar el rumbo hacia el primer mundo todos juntos de la mano y no los de siempre adelante y la sobra para los que se quedaron rezagados, ya que somos ¡y que nadie lo ponga en dudas!, un país privilegiado y rico.
Sería una pena e irresponsabilidad generacional, dejar pasar semejante oportunidad histórica.