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Acción de gobierno

Pan para hoy y pan para mañana

El Covid-19 producido por el coronavirus supone para la humanidad un reto sin precedentes. No necesariamente por la gravedad de la enfermedad (que es un gran problema en si misma), sino porque esta pandemia y sus consecuencias colaterales nos crea un gran dilema como seres humanos, al exigirnos ser rápidos pero responsables, creativos pero cautelosos y creyentes en la ciencia, pero con una gran dosis de fe.

Esas aparentes “contradicciones” no solamente abruman al ser humano común y corriente, sino también a todos aquellos que ostentan el poder en los diferentes países donde esta calamidad llegó o. Y es precisamente allí, en esa gente poderosa, donde las variables sobre cuando, como y donde actuar (o dejar de hacerlo) nos puede (o no) cambiar la vida para siempre.

Por mi convicción libertaria siempre he favorecido Estados y gobiernos pequeños y no invasivos a la vida de los ciudadanos tanto en lo personal, como en lo económico. Sin embargo, esa misma convicción define claramente el rol del Estado: proteger la vida, honra y bienes de los ciudadanos y residentes. Bajo esta premisa, y en condiciones de emergencia nacional, el Estado debe hacer lo necesario para defender (en ese orden de prioridad) esos tres derechos básicos del individuo (su vida, su libertad y su propiedad).

Es en esa definición de “hacer lo necesario…” donde nace el dilema de cada gobierno del mundo sobre como balancear el clamor popular de respuesta inmediata, con la salud y continuidad de una economía nacional. En otras palabras el presente vs el futuro.

Debido a que en esta crisis en particular, hay vidas humanas de por medio, queda clarísimo que, de parte del Estado, priorizar el presente va a ser la respuesta. Para poder entregar ese “Pan para hoy” (que se traduce en controlar la epidemia y que la gente no se muera de hambre), el Estado debe recurrir a medidas extraordinarias (por consenso con el sector privado) que impliquen desde cierre de establecimientos, moratorias en pagos de compromisos económicos y/o servicios públicos, restricciones a la movilidad de personas, entre otras.

Todas estas medidas irregulares que se puedan tomar deben tener un carácter focalizado y temporal. De lo contrario no son justificables.

¿Y el pan para mañana ? ¿ y el futuro?? Cuando todo esto pase (que ojalá sea pronto), los países se encontraran con un sector privado tremendamente debilitado (que dio de forma valiente y responsable su cuota de sacrificio) , un gobierno con aun menos capacidad de ejecución y una población pidiendo respuestas a gritos.

Panamá no es la excepción a esa realidad.

En ese momento se demandará otro acuerdo nacional, y esta vez le tocará al Estado sacrificarse. Es decir, aprovechar esta coyuntura para (de una vez y por todas) tomar las medidas a corto, mediano y largo plazo que se requieran, para que el sector privado panameño pueda liderar la recuperación económica del país.

Esas medidas incluirían reducción de impuestos tanto a individuos como a empresas, reformulación de un sistema tributario mas sencillo y eficiente, modificaciones a la legislación laboral de forma que se premie la productividad y no solo la antigüedad, incentivos importantes a las inversiones locales y extranjeras, reformas al sistema educativo para formar los profesionales que el país necesita para su desarrollo, etc. En la medida que la recuperación económica vaya avanzando asi mismo las medidas transitorias de emergencia e interferencia temporal del Estado en la vida y la economía de los ciudadanos, se irían eliminando.

Panama no es ajeno a esta experiencia. Luego de la Invasión de 1989, en un país económicamente quebrado, el gobierno dio un paso al lado, dio espacio, incentivos y seguridad jurídica al sector privado y el resultado ya lo sabemos todos. Nos recuperamos relativamente rápido y tuvimos crecimiento sostenido por muchos años mas incluso hasta llegar a tener el más alto de Latinoamerica.

Son tiempos inciertos y difíciles pero estoy seguro que con las dosis correctas de corazón y de cabeza (o dicho de otra foirma, de solidaridad y de responsabilidad) en las decisiones que tomemos hoy como sociedad y como país, estará la respuesta para que tengamos pan hoy y pan mañana.

El autor es licenciado en Relaciones Internacionales, Economia y miembro de la Fundación Libertad


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