Bicentenario

Panamá construye un nuevo pacto social post Covid-19



¿Qué significa “participar” en gobernanza, un concepto que está cambiando? Hoy existen nuevas demandas de voz y rendición de cuentas que incluyen, pero van más allá, de las instituciones representativas tradicionalmente utilizadas para canalizar el aporte ciudadano y la evaluación de las políticas públicas.

El auge de las redes sociales, las crecientes demandas de democracia directa, los ciclos acelerados de noticias y la confianza vacilante en la capacidad de las instituciones estatales para generar resultados de desarrollo equitativos... Todo apunta a nuevas dinámicas entre el Estado y las personas que lo integran. Esta situación solo se ha incrementado en el contexto de Covid-19.

En Panamá, el gobierno es consciente de estas presiones sociales y de las crecientes demandas de participación en las decisiones políticas, económicas, sociales y ambientales que afectan la vida de las personas, particularmente luego de una pandemia que acentuó desigualdades de larga data. En respuesta, el gobierno, con el apoyo del PNUD, ha lanzado un proceso para redefinir el pacto social en Panamá, a través de un proceso verdaderamente de abajo hacia arriba que “agrupa las fuentes” de ideas y soluciones. Conocido como el pacto del bicentenario Cerrando Brechas, el proceso se lanzó en noviembre de 2020 y durará un año, hasta noviembre de 2021, fecha del bicentenario de la independencia de Panamá de España.

El pacto presentará una visión a mediano y largo plazo para el país, que trasciende a cualquier gobierno y busca abordar las causas estructurales de las desigualdades en Panamá, así como sus síntomas, a través de la reforma de políticas públicas, leyes y regulaciones.

El PNUD ha contribuido al proceso compartiendo su experiencia en la facilitación de diálogos pasados en Panamá y más allá, a través del diseño de una metodología participativa y transparente para la construcción del pacto, cuya característica principal es la plataforma Ágora para la participación de ciudadanos y residentes.

La plataforma está construida alrededor de 11 áreas temáticas y una categoría general de “otros”.

Cada área temática tiene varios subtemas indicativos. Estas áreas se relacionan a cómo abordar las desigualdades en salud, educación e infraestructura, pero también en cómo reformar el Estado, fomentar la inclusión y proteger los recursos naturales y la biodiversidad de Panamá.

A fines de enero, aproximadamente dos meses después de su lanzamiento, Ágora ya había atraído más de 27 mil propuestas basadas en la participación de más de 56,500 personas de todo Panamá. La innovadora estructura de plataforma, diseñada por el PNUD y adaptable a otros procesos a nivel nacional o local, permite a cualquier individuo, organización de la sociedad civil, institución académica o pública o agrupación política, subir y comentar propuestas en español y en tres lenguas indígenas. También permite al usuario visualizar los datos relacionados con la participación en la plataforma por sexo, por edad y por provincia, así como dar una fotografía de qué temas son más importantes para estos diversos grupos. Por ejemplo, el tema de la educación surge de manera contundente como una prioridad clave en todo el país y en todos los grupos, mientras que la reforma del Estado se manifiesta con mucha más fuerza en los grandes centros urbanos como Panamá y Colón. Consciente de la brecha digital de Panamá, la metodología también requiere el uso de centros de información comunitaria en todo el país para ayudar en la carga de propuestas por parte de personas sin acceso a internet o servicio de telefonía celular.

Siguiendo esta primera fase de participación de base, conocida como “Panamá Propone”, que durará hasta febrero de 2021, el proceso evolucionará en la fase “Panamá Decide”, que incluye la convocatoria de una comisión de clasificación y viabilidad científico-técnica, la cual revisará y validará las propuestas por su viabilidad técnica, financiera y legal entre otras, según criterios que serán claramente transmitidos al público.

Siguiendo este paso, las propuestas clasificadas serán enviadas a las comisiones temáticas regionales, cuyos miembros serán seleccionados en base al mérito, liderazgo y reconocida trayectoria científica en diversas disciplinas. El objetivo de este nivel es contextualizar y evaluar la relevancia de las propuestas a nivel regional. Asimismo, en esta fase, la plataforma Ágora jugará un papel fundamental para asegurar la transparencia del proceso a través de la publicación de todos los compromisos alcanzados en cada comisión y brindar el espacio para que los panameños expresen sus opiniones y preferencias por cada propuesta.

Siguiendo este paso, las propuestas pasarán a las comisiones temáticas nacionales, donde cada área contará con una comisión y el principal objetivo será identificar transversalidades, complementariedades y conflictos, así como implicaciones legales, financieras y técnicas.

Finalmente, en el último paso del proceso, un comité de redacción y conciliación producirá el borrador del pacto, el cual será presentado para comentarios y validación pública, nuevamente a través de la plataforma Ágora. Durante todo el proceso, un consejo asesor integrado por 26 miembros provenientes de todo el tejido geográfico y socioeconómico de Panamá, monitorea y asesora al presidente de Panamá sobre la adherencia del proceso a la metodología indicada. Para garantizar la transparencia e integridad del proceso, no se permitirá ninguna propuesta en el texto final del pacto, sin haber sido sugerida previamente a través del mecanismo Ágora.

La iniciativa panameña es innovadora, busca responder a las nuevas demandas de voz y rendición de cuentas y, al hacerlo, redefinir la relación entre el Estado y su pueblo. Si bien de ninguna manera es perfecto, el proceso del pacto y la plataforma participativa proporcionada por el PNUD definitivamente han redefinido el concepto de diálogo al extender el alcance de tales conversaciones más allá de donde normalmente tendrían lugar. El pacto también está reduciendo el espacio entre democracia directa y representativa, y entre personas y tomadores de decisiones.

La experiencia contiene muchas lecciones y aplicaciones para el trabajo del PNUD de manera más amplia en la próxima generación de su apoyo a la gobernanza.

La autora es representante residente del PNUD, Panamá

LAS MÁS LEÍDAS