No saber del Covid-19 y de los estragos que está causando en el extranjero y en lo muy particular su llegada a Panamá es algo que a todos nos parece imposible. Vivimos en una sociedad mundial, estamos cada vez más conectados unos con otros, y la masificación de las tecnologías de la información y comunicación hacen que el panameño, sea niño en edad escolar o adulto mayor, tenga acceso a toda la información relativa a esta enfermedad.
De esta manera, a través de herramientas de corte digital, complementamos las ya accesibles fuentes de información tradicionales (periódico o televisión) y nos vamos enterando del desarrollo progresivo de Covid-19 a nivel mundial, y en fecha reciente de los casos de nuestro país. Así, Google, Twitter, Facebook y Whatsapp, son en estos momentos nuestra fuente directa de información, mientras esperamos todos los días la conferencia de prensa informativa a la ciudadanía del Ministerio de Salud, aunque lamentablemente estas herramientas en estos momentos resulten ser también igualmente de infecciosas, como el mismo Covid-19.
Y es que la utilización de las redes sociales puede conducir a diversos delitos, tales como el delito, de calumnia, injuria, inclusive apología del delito, pero hay un hecho muy popular y frecuente que son los fake news o bulos”, esas historias falsas que parecen ser noticias, difundidas en internet o usando otros medios, generalmente creadas para influir en las opiniones políticas o como una broma resultan tener relevancia penal en diversos países.
No podemos tapar nuestros ojos a una realidad, las redes sociales están inundadas de estas fake news relativas al Covid-19, sobran los mensajes y notas de voz de “personas informadas” quienes, curiosamente, saben todo lo que el “Gobierno no nos dice”, algunas hasta exigiendo responsables. En los países con mayor cantidad de casos fuera de China encontramos un paralelismo con Panamá, ciudadanos desconfiando de sus gobiernos inmersos en fake news, no atendiendo al debido cuidado y restricciones que se deben tomar para evitar la propagación de esta enfermedad.
Lamentablemente, la gran mayoría de estas fake news lo que buscan es la viralidad e influir la opinión pública, algunas de estas tienen relevancia para nuestro Código Penal de 2007, dentro del Titulo VII Delitos contra el Orden Económico, Capitulo V “Delitos contra la Seguridad Económica”, en el artículo 260 tipifica el “Divulgar noticias falsas que pongan en peligro la economía nacional o el crédito público”, agravado en el artículo 261 cuando esta divulgación de noticia falsa sea sobre enfermedad en las personas, animales o en las plantas.
Claro está que no todas estas noticias falsas en redes podrán tener tal grado de perjuicio para nuestra economía, pero aquellas que tengan esa potencialidad nefasta para nuestra economía merecen ser investigadas por el Ministerio Público. Debe encontrarse la fuente y, si se comprueban que son falsas, merecen con justa razón condena de prisión de entre dos y cuatro años, dependiendo de qué conducta concrete en la legislación penal.
En conclusión, en estos momentos, la desinformación relativa al Covid-19 en las redes sociales se ha constituido como una Infodemia así denunciada por la OMS, una “peligrosa epidemia de información falsa” que gira en torno a la enfermedad, que constituye un obstáculo, para una buena respuesta y minar la efectividad de las medidas, por lo que se exige que como ciudadanos, seamos cautelosos al momento de recibir esa información y no la compartamos con otros, hasta tanto hayamos verificado su veracidad.
El autor es profesor de Derecho Penal en la Universidad de Panamá