Cada cuatro años se celebra en el mundo uno de los eventos deportivos más grande del planeta. Y el más esperado también. El mundial de fútbol masculino organizado por la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), que este año se jugará en Qatar en ocho estadios de vanguardia a finales de este año, entre los meses de noviembre y diciembre.
Durante aproximadamente un mes, 32 selecciones nacionales buscarán la supremacía y lucharán por obtener la anhelada Copa Mundial de la FIFA, conocida anteriormente como el trofeo Jules Rimet. Y nuestro país, como muchos otros, está peleando por un pase a la cita, ya sea directo o vía repesca, la cual hace el camino más largo para decir presente en el torneo.
Afortunadamente y a diferencias de otros años, Panamá ya no depende de sumar o restar, de dividir o multiplicar ni que los astros se alinien. Panamá depende de sí mismo para lograr el objetivo en la próxima ventana de marzo, donde estará peleando con Costa Rica, Estados Unidos y Canadá un cupo y estará obligada a capitalizar la mayor cantidad de puntos. Tenemos un buen equipo, tenemos unos excelentes suplentes y un magnífico director técnico, acompañado de su cuerpo técnico, pero sin duda cuentan también con casi 4 millones de panameños que estarán junto a ellos en cada jugada,en cada gol, alentándolos para llegar a la tan deseada meta: Qatar 2022.
Tenemos tiempo para analizar los errores y virtudes de cada equipo, incluyendo el nuestro, porque en esta cita mundialista no solamente estaría presente el orgullo de ver nuestra selección cantando el himno nacional por segunda vez, sino también la alegría de un pueblo entero vibrando de emoción y así olvidar por un momento los problemas, tristezas y el bendito Covid-19, que nos ahogan diariamente.
¡Sí se puede! ¡Vamos, Panamá!
