En el marco de la celebración del 15 de marzo, como Día Mundial de los Derechos del Consumidor, se observó el esfuerzo de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia de resaltar esta fecha, mediante diversas actividades.
Sin embargo, uno de los derechos fundamentales, universalmente reconocidos a los consumidores es el de la representación. Es el derecho a constituir grupos u organizaciones que los representen y hagan oír sus opiniones en los procesos de adopción de decisiones que los afecten.
El mencionado derecho, presenta como rasgo sobresaliente el que su titularidad se encarna en uno o varios entes asociativos que expresan los intereses de los ciudadanos en la discusión y resolución de asuntos de incumbencia colectiva.
Si en términos generales esto resulta relevante para abordar la problemática del consumo, desde una perspectiva integral, al momento de definir políticas o de expedir normas de alcance general (leyes y reglamentos, por ejemplo), lo es aún más cuando se trata de regular las condiciones de prestación de los denominados servicios de utilidad pública (electricidad, agua potable, telefonía, entre otros).
La participación activa de los clientes en toda la materia de consumo, enriquece las decisiones, que tomen las autoridades en este tema.
De allí que no puede existir celebración de un día del consumidor, si los consumidores no se encuentren debidamente representados por propias asociaciones u organizaciones, tales como algunas que ya están formadas en nuestro país, pero que requieren del calor popular o que participen de actividades propias de los consumidores.
El país necesita de consumidores activos que hagan valer sus derechos, y esto no es solo trabajo de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia.