Creo oportuno dar mi opinión sobre la intoxicación en la CSS por la administración de medicamentos contaminados con dietilenglicol. En primer lugar, debo decir que no es posible que la glicerina se convierta en dietilenglicol, sin el desarrollo de una serie compleja de reacciones que daría como consecuencia una mezcla igualmente compleja de subproductos. Menos probable es que un tanque de glicerina pura se convierta en dietilenglicol puro.
Industrialmente, la glicerina se obtiene principalmente de la hidrólisis de grasas y por hidrólisis de epiclorhidrina, y en ninguno de estos procesos hay cabida para la formación de dietilenglicol. Por otro lado, el dietilenglicol es un subproducto en la producción de etilenglicol y tiene pocos usos industriales, entre los cuales está la formación de poliésteres, solventes y mezclas de anticongelantes. Evidentemente, tampoco es posible la formación de glicerina en la producción de dietilenglicol.
Puedo decir con propiedad que la presencia de dietilenglicol en la glicerina en las cantidades publicadas sólo es posible por una adulteración, sea ésta intencional o no. Si todos los tanques en cuestión tuviesen dietilenglicol en lugar de glicerina, daría lugar a un posible error humano; sin embargo, el hecho de que había tanques de glicerina con altas concentraciones de dietililenglicol, da lugar a pensar en algo mucho más grave que un simple error humano.
De una cosa sí estoy seguro, todas esas muertes se pudieron evitar si el laboratorio que produjo esos medicamentos tuviese los controles de calidad mínimos. Ese control consiste en determinar si el medicamento contiene lo que se supone debe contener. Si ese control se hiciese, se detectaría que la glicerina estaba contaminada sin siquiera saber cuál es el contaminante, lo cual podría ser determinado posteriormente en otro laboratorio. Mucho más fácil sería el determinar si el medicamento no contiene glicerina.
El decir que los hechos se dieron porque el laboratorio no contaba con el equipo para determinar dietilenglicol es una posición no profesional. Ningún laboratorio está preparado para detectar cualquier porquería que pueda tener su materia prima; no obstante, sí puede y debe estarlo para determinar si su materia prima es lo que se supone debe ser.
Por lo anteriormente expuesto, puedo decir con propiedad que el principal responsable local, y por tal, el que en realidad debe estar tras las rejas, es el que autorizó que dichos medicamentos se dieran para uso público sin el debido control de calidad. El lector podría pensar que esa persona es el jefe de laboratorio pero tengo mis dudas al respecto. Imagínese que el jefe de laboratorio le dice a su superior que no puede atender la demanda de dichos medicamentos porque no hay forma de hacer los controles debidos. Lo más probable lo boten. La única forma en que se pueda responsabilizar al jefe del laboratorio por esas muertes es que él no haya manifestado la necesidad de dicho control, o peor aún, que haya manifestado a su superior que dicho control no es necesario.
De lo que sí es culpable el jefe de control de calidad de dicho laboratorio es el de ejercer la química sin tener la idoneidad para hacerlo. Igual de culpable es la institución que le permitió laborar sin la correspondiente idoneidad.
¿Qué responsabilidad tienen los técnicos del laboratorio en este asunto? La única forma en que ellos puedan ser responsables es que no hayan realizado los análisis y hayan reportado que los medicamentos cumplían con todas las especificaciones deseadas. Sin embargo, ello no es posible porque esos controles no existían. Deduzco que la medida cautelar de la que son objeto los técnicos del laboratorio se debe a la presión de los medios de comunicación por el estado deplorable de dicho laboratorio. Si las imágenes mostradas en los medios son correctas, los técnicos sólo podrían ser amonestados por desordenados y cochinos y no por un crimen culposo, porque las muertes no se dieron porque el laboratorio estaba desordenado.
También se ha encarcelado al distribuidor de la glicerina como si él tuviese la responsabilidad de analizar los productos que vende. Imagínese, mi estimado lector, que las distribuidoras de productos químicos y farmacéuticos tuviesen que analizar cada uno de sus productos. Tengo entendido que dicha persona es confesa de alterar la fecha de expiración de la glicerina vendida, pero, ¿acaso las personas murieron por consumir una glicerina vencida? Si el distribuidor cumplió con todos los demás procedimientos en la compra y venta de la supuesta glicerina, sólo puede ser acusado de alterar la fecha de vencimiento de su producto, no por las muertes ocasionadas.
