Se acerca el verano y es cuando más queremos ir a visitar las playas, disfrutar de la arena y tomar un poco de sol. Pero, ¿sabemos que hay dentro del agua salada que tenemos enfrente?
Muchos hemos visto, al menos una vez, películas que muestran enormes acuarios con muchos peces, tiburones, manta rayas, pulpos y también “rocas” de muchos colores. Estas “rocas” son corales y tienen vida, porque son animales. Los corales son pequeños animales conformados por un pólipo y un alga llamada zooxantela que viven en una relación simbiótica, es decir, se benefician mutuamente. La zooxantela le brinda nutrientes y colores al pólipo; este a cambio le brinda protección y refugio al alga. Los corales viven en colonias formadas por cientos de ellos y que de esta manera forman los arrecifes de coral.
Son muchos los beneficios que nos brindan los arrecifes, como lo es la gran diversidad que habita en ellos. Estudios hablan de que los arrecifes solamente ocupan el 1% de la cobertura del planeta, pero alberga el 25% de la diversidad marina. Gracias a lo anterior permite que se realice el turismo del buceo recreativo y snorkeling, también se obtiene la pesca para venta y consumo. Nos brindan protección de los fenómenos naturales, los arrecifes disminuyen del 70 – 90% la energía de las olas; además que los océanos absorben el 30% del CO2 del planeta, esto a la vez afecta en la formación de los corales por las grandes cantidades de gases que se están absorbiendo. Si sumamos todos estos beneficios y los calculamos en dinero, el total ronda en los 30 mil millones de dólares anuales, según estudios socio-económicos realizados en el 2013.
A cambio de estos beneficios, ¿como les “pagamos” a los arrecifes? Con contaminación. Muchas comunidades vierten sus aguas residuales ahí; la mala disposición de nuestros desechos terminan en los mares y océanos ocasionando la muerte de las especies marinas.
Algunas personas cuando visitan los arrecifes los tocan o se paran sobre ellos, ocasionándoles heridas, quiebres y hasta la muerte. Otros los extraen para venderlos y utilizarlos como decoración. Existen personas que practican la pesca con explosivos, provocando la desaparición de especies que no eran objetivos o realizan la pesca de arrastre que, como dice la palabra, arrastra con todo. Esto, sin entrar en detalles de los efectos que está ocasionando el calentamiento global, intensificado por las actividades humanas. Basado en esto la Organización de Naciones Unidas (ONU) estima que para el 2050 se podría decir adiós a los arrecifes de coral.
La labor para conservar los arrecifes de coral es bastante sencilla si trabajamos en equipo: darle un buen manejo a las aguas residuales y desechos de nuestra sociedad; reducir nuestro consumo de artículos de un solo uso; cuando visitemos estos sitios, practiquemos el consejo de nuestros padres: ver, pero no tocar; transmitir la información a las personas que están a nuestro alrededor, para que ellos también se informen, y, entre todos seamos agentes de cambio. Los arrecifes de coral tienen una capacidad de recuperación bastante fuerte, siempre y cuando logremos darles un chance para que lo hagan. Si hacemos cambios en nuestras vidas podríamos tener ecosistemas sanos, diversos y valiosos.
La autora es miembro de Reef2Reef Restoration
