Hoy, toda Panamá está de fiesta porque celebra con solemnidad al santo de los jóvenes: San Juan Bosco. ¿Qué mensaje trae para nosotros este año? Simple y sencillamente “él está por tí”. Es una invitación personal que alegra el corazón. Ver a Don Bosco es “volver a casa, a las raíces, a la familia… volver a Dios”. Es escuchar esa “palabrita al oído” que el santo dirigía a sus muchachos en el patio para que mejoraran. Examinemos bien la estela y las tareas que Don Bosco nos deja.
Don Bosco ayer: Es encontrarnos con el padre, maestro y pastor que sale a los suburbios y conoce las miserias de su pueblo. Él quedó consternado al ver a tantos jóvenes tristes, desocupados y rebeldes. Venciendo el “qué dirán” va a su encuentro, se los gana y les invita a “ser siempre amigos”.
Don Bosco hoy: Ayer, como ahora, la situación poco ha cambiado. Los jóvenes encuentran muchas puertas cerradas, sin oportunidades para laborar y ganarse el pan. Incluso, algunos sienten a Dios lejano y dudan de su existencia y su amor. Don Bosco nos exhorta a escuchar sus gritos de auxilio, porque nadie se ocupa de sus vidas y problemas, ninguno les brinda oportunidades de superación. Los jóvenes quieren ser felices, construir un futuro mejor, trabajar con sus manos, ser parte del cambio político y social (que tanto hace falta), ellos quieren y anhelan una ciudad limpia de basura, suspiran por vencer la soledad, desean ser tomados en serio y que se les deleguen responsabilidades; quieren realizarse, aspiran amar con un afecto sano y quieren encontrar el verdadero amor que está en Cristo.
“De la sana educación de la juventud depende la felicidad de las naciones”. Cualquier esfuerzo es un granito de arena comparado con tantos desafíos. Por eso, Don Bosco se hace ayudar de muchos jóvenes que, con alegría y entusiasmo, salen al encuentro de sus contemporáneos para expresarles su propia experiencia, como hicieron Domingo Savio, Laura Vicuña y Ceferino Namuncurá, fruto del método educativo salesiano.
Don Bosco mañana: Él supo mirar con los ojos de Dios y resolver las necesidades de su tiempo, ¿y tú con qué ojos ves? ¿Amas a Don Bosco? ¿A qué te vas a comprometer para mejorar Panamá? Hay que perder el miedo y lanzarse. Los salesianos estamos convencidos de que por medio de una buena educación podremos responder y construir una mejor civilización: formando y tomando en serio a la persona en su integridad.
A través de la educación lograremos transformar corazones, construir el Reino de Dios y hacerles saber a tantos jóvenes que “Dios les ama y les quiere, que son joyas preciosas con valor único”.
Somos hijos de un soñador que con valentía, audacia y sagacidad supo hacerlos realidad con la ayuda de Dios y María Auxiliadora. Nosotros soñamos con jóvenes llenos de fe, alegres, líderes, libres, justos, coherentes, sanos, respetuosos, responsables y afectuosos.
Seamos dignos hijos de Don Bosco, siendo buenos cristianos y honrados ciudadanos. ¡Manos a la obra!
El autor es sacerdote en la Basílica Don Bosco
