Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censo indican que entre 2017 y 2019, el ingreso de las mujeres fue ligeramente más alto que el de los hombres. En ese periodo, la mediana de ingresos para las mujeres fue de $707 y para los hombres de $703, en promedio. A primera vista, las cifras del 2020 muestran resultados similares.
Sin embargo, un análisis más detallado confirma la rigidez de la brecha de ingreso por género y el peso de las barreras que las mujeres enfrentan para entrar y mantenerse en el mercado laboral. En 2020, nueve de cada diez mujeres ocupadas lo hacía en actividades económicas donde los hombres recibían mejores ingresos. Las ocupaciones donde las mujeres tienden a reportar más altos salarios están asociadas a trabajo manual y realizadas mayormente por hombres. Así, las operadoras de instalaciones fijas y máquinas reportaron en promedio un salario 10% más alto que los hombres, pero representaban solo el 3% de las personas en esta ocupación.
Todo esto refleja las barreras impuestas a las mujeres que desean ingresar al mercado laboral. En 2019, el 79% de los hombres en edad de trabajo –pero solo el 55% de las mujeres- eran parte de la población económicamente activa. Una de cada tres personas que ha desistido en su búsqueda de trabajo lo hace porque no tiene quien le cuide a niños, niñas y otros familiares. El 98% de estas personas que realizan labores de cuidados son mujeres. Enfrentando esta y otras barreras, muchas mujeres realizan trabajos remunerados sin contrato ni prestaciones sociales. Esta informalidad elimina cualquier indicio de mejoras en las condiciones salariales entre hombres y mujeres. Las mujeres en la informalidad reciben 92% menos ingresos que los hombres, en promedio. Finalmente, durante la pandemia, el desempleo afectó más fuertemente a las mujeres, a pesar de que los hombres desempleados reportaban un nivel de educación más bajo.
Sin duda hay mujeres que trabajan en condiciones de igualdad salarial. Pero esto todavía es la excepción. Es necesario implementar con más convicción y recursos programas para incrementar el acceso de las mujeres a la fuerza laboral, incluyendo mejores políticas de cuidados, y asegurar su progresión profesional. Tenemos una deuda de hacer realidad la meta de la igualdad salarial por un trabajo de igual valor.
El autor es profesor de economía de FSU Panamá e investigador asociado del Cieps para Ciencia en Panamá
