Muchas personas preguntan cómo seleccionar un perro ganador para competir en las exposiciones caninas. Si bien en los cachorros pequeños no existe un 100% de certeza de lo que serán en el futuro, sí que hay detalles estructurales que son definitivos.
El labrador retriever es una de las razas más propensas a la confusión, al momento de adquirir un perro de exposición. Debemos tener claro que la mayoría serán maravillosos compañeros e incluso excelentes trabajadores, pero los ejemplares de show se rigen por parámetros diferentes.
En el caso del labrador, es fundamental su cola, la misma deberá ser gruesa en su base y redondeada, lo que se denomina cola de nutria. Un cachorro con la cola muy fina o larga, jamas cambiará su forma.
Otro factor importante es la cabeza: el hocico visto de frente, no deberá angostarse ni ser afilado, esto haría desvirtuar la expresión típica de un labrador de competencia.
El color también es un elemento predecible; se admiten negros, chocolates o hígado y las gamas del amarillo. Las manchas blancas se permiten solo en el pecho, una y pequeña.
Los ojos también son fundamentales y debe observarse que su color sea castaño o avellana.
La posición de los dientes deberá ser en tijera; esto quiere decir que los superiores estarán por delante de los inferiores y si bien esto es una condición que varía durante el crecimiento del cachorro, debe evitar seleccionar perros con los dientes y mandíbula inferior sobrepasando la superior, esto se denomina prognatismo, y generalmente no se revierte cuando es muy acentuado.
El carácter también es factor relevante, aunque sabemos que con dedicación un cachorro puede formarse.
