El istmo que divide a dos océanos es una S acostada que une el continente americano. Se convierte en el puente del mundo, uniendo dos océanos a través de una de las maravillas de la ingeniería mundial: el Canal de Panamá.
Recuerdo las giras educativas al Centro de Visitantes de las Esclusas de Miraflores. Desde entonces, me impresionaba cómo pasaban los barcos por las cámaras de las esclusas y cómo se desplazaban los trabajadores sobre las compuertas. Me dije: “¡Sería impresionante caminar por allí!”, sin saber que en 2020 tendría la oportunidad de realizar una pasantía universitaria y que caminaría por esas compuertas como imaginé a los 8 años.
Siempre me llamó la atención cómo los turistas viven la experiencia de observar el cruce de los buques. Hace dos años, unos turistas extraviados en la terminal de Albrook no sabían cómo llegar al Centro de Visitantes de las Esclusas de Miraflores. Tenían escasas 4 horas para regresar al aeropuerto y tomar su vuelo. Una de las turistas me preguntó: “¿Cómo podemos llegar al Canal de Panamá? Aterrizamos en Panamá de emergencia…No podemos dejar de conocer su Canal.” Fue conmovedor ver su felicidad al saber qué autobús debían tomar rumbo al Centro de Visitantes.
Hay muchas personas que vienen a Panamá a conocer el Canal; y otras, llegan por casualidad y no quieren irse sin verlo. Seguro que hay muchas personas en el mundo que anhelan conocerlo algún día. ¡Somos afortunados! Tenemos El Canal de Panamá y una historia de luchas intergeneracionales que nos distingue. No debemos esperar cada 15 de agosto para conmemorar el Canal de Panamá. Lo podemos hacer cualquier día del año, valorando su historia; aprendiendo de sus operaciones; transmitiendo a las próximas generaciones esa inquietud de aprender sobre nuestro canal; luchando por un sistema educativo equitativo que ofrezca educación incluyente y de calidad e integre temas referente al Canal en escuelas y universidades; cuidando su cuenca hidrográfica; y no desperdiciando el agua potable en nuestros hogares, ni arrojando basura en los lugares públicos. Vayamos a los Centros de Visitantes de las Esclusas. Visitemos sus páginas virtuales; participemos de los programas que organizan y, sobre todo, compartamos con nuestros amigos, familiares e, incluso, en las redes sociales, lo importante que es nuestro canal y lo orgullosos que nos sentimos de ser canaleros.
En 2017, fui una de cuatro jóvenes de todo el país en ganar el concurso de preguntas para el conversatorio “El papel de la juventud en el Canal de Panamá”, organizado por Jóvenes Unidos por la Educación y el Canal de Panamá. Este espacio reunió a jóvenes con el Administrador y la Junta Directiva. Se nos dio la oportunidad de preguntarles sobre educación, sostenibilidad, los retos de las ampliación, la saga canalera, la importancia de la ruta interoceánica para el mundo y, lo más importante, la responsabilidad que tenemos como jóvenes para enfrentar los retos del país y del Canal. En 2020, nuevamente un proyecto organizado por el Canal de Panamá y Jóvenes Unidos por la Educación, me permite ser una de los 200 jóvenes participantes del Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadana (LLAC) 1.0. Este programa ofrece la oportunidad a los jóvenes de conocer los retos ambientales, sociales y educativos del país; desarrollar políticas públicas; formarnos en competencias blandas; nos brinda herramientas para lograr incidencia ciudadana y desarrollar proyectos de impacto social.
Ambas iniciativas, organizadas por Jóvenes Unidos por la Educación y la Autoridad del Canal de Panamá, ofrecen igualdad de oportunidades a los participantes. ¡Invito a los jóvenes a participar en estas iniciativas! ¡Seamos parte de la historia que hoy se escribe!
Las luchas de los mártires y héroes del 9 de enero para izar la bandera panameña en la Zona del Canal fueron determinantes para que, en el presente, transitemos libremente por la antigua franja vedada a los panameños y la vía interoceánica sea nuestra.
Continuemos haciendo historia: aún se sigue escribiendo. Somos los protagonistas: nuestras acciones acertadas o desafortunadas, tendrán un impacto en el futuro del Canal. Involucrémonos y preparémonos para resolver los grandes retos del futuro, siempre orgullosos de ser canaleros.
La autora es miembro de Jóvenes Unidos por la Educación