La violencia contra las mujeres es múltiple y diversa, como se comprueba diariamente en distintos escenarios de la vida social. Aunque Panamá tiene legislación contra la violencia que ha ido mejorando desde la primera en 1995, hasta recoger nuevas sanciones y medidas de protección, aún se requieren políticas públicas que vayan más allá de sancionarla y combatirla solamente en la familia; la legislación tiene que alcanzar las conductas o acciones perpetradas desde el Estado y desde el sector privado.
Un caso que requiere particular atención es la publicidad sexista, que debe entenderse como la que atenta contra la dignidad de las mujeres, presentándolas de forma vejatoria o discriminatoria o utilizando su cuerpo de manera desvinculada del producto o servicio que se pretende promover. Esta publicidad sexista inunda la prensa, radio, televisión, redes sociales, espectáculos, videos, moda, difundiendo mensajes estereotipados que, directa o indirectamente, promueven la explotación de las mujeres mediante imágenes que las discriminan y afectan su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica y seguridad personal. Situación que legitima la desigualdad de trato y genera e incide en la violencia de género.
Algunos ejemplos: la publicidad para productos de higiene y limpieza, los anuncios con mujeres desnudas o semidesnudas en algunos diarios, apenas una pequeña muestra de la publicidad sexista que impera diariamente en los hogares, lugares de trabajo, escuelas, centros de diversión, que constituyen clara apología de la violencia contra las mujeres y que deben ser objeto de reflexión, análisis e implementación de medidas y sanciones efectivas como paso fundamental para erradicar definitivamente esa cultura patriarcal y machista, que sigue imperando en los medios de comunicación.
Como personas, sociedad o Estado, debemos asumir el compromiso de eliminar la violencia en todas sus manifestaciones. Tal como dice Noeleen Heyzer, exdirectora ejecutiva de Unifem: “Si nos comprometemos a crear un mundo libre de violencia hacia las mujeres y las niñas, nuestras hijas e hijos dirán que detuvimos el crimen más universal e impune de todos los tiempos contra la mitad de la población de la tierra”.
La autora es abogada y escritora
