El Gobierno de Panamá se garantizó $1,300 millones adicionales en líneas de crédito para hacer frente a la crisis causada por la propagación del coronavirus.
Ayer, en la conferencia de prensa diaria en la que se informa al país de la evolución de la pandemia, el ministro consejero de facilitación de la inversión privada, José Alejandro Rojas, anunció que el país había recibido aprobaciones de tres líneas de crédito con sendos organismos multilaterales.
Se trata, en concreto, de una línea de $300 millones con el Banco Interamericano de Desarollo (BID) para apoyar al segmento de la pequeña y mediana empresa y al sector agropecuario; una línea de $500 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI); y otra por igual monto con el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA), integrante del Grupo Banco Mundial, para cubrir necesidades de salud, seguridad, alimentación y empleo.
Las líneas están aprobadas, pero todavía no han sido desembolsadas.
Esta sería una nueva fuente de fondos de los que podría disponer el Gobierno para hacer frente a la crisis.
El pasado 26 de marzo, Panamá fue el primer país de la región en acudir a los mercados de capitales y colocó deuda por $2,500 millones. Además, se aprobó una ley general con diversas medidas para atender la crisis, entre las que se encuentra la utilización del Fondo de Ahorro de Panamá (FAP) como garantía para obtener un crédito que solicitaría el Banco Nacional de Panamá.