El balance fiscal del sector público no financiero arrojó en 2021 un déficit de $3,522.8 millones, cifra que se explica por la diferencia entre ingresos y gastos.
Se trata del segundo cierre de ejercicio en pandemia y con un abultado déficit fiscal, aunque el de 2021 es inferior a los $5,220.8 millones de 2020, cuando mayor afectación tuvieron los ingresos públicos y la economía por las restricciones para contener la propagación del virus.
El déficit de 2021 equivale al 5.53% del producto interno bruto estimado y por lo tanto está por debajo del techo establecido en la Ley de Responsabilidad Social Fiscal, revisada en 2020 para conceder más espacio al déficit.
El economista Luis Alberto Morán calificó como positiva la reducción del déficit, pero dijo que sigue siendo significativo y que refleja la falta de disciplina fiscal de los últimos años.
Los ingresos totales llegaron a $11,564.7 millones, mientras los gastos sumaron $15,087.4 millones. Más de $12,000 millones se destinaron a las operaciones del Estado, incluyendo el pago de intereses generados por la deuda. El gasto operativo sigue creciendo en detrimento del gasto de capital, que en 2021 cerró a la baja.
Cuando los ingresos no son suficientes para cubrir los gastos, la diferencia debe ser compensada con la contratación de deuda. Por eso, la deuda pública ha crecido en los últimos años y al cierre de 2021 se ubicó en $40,487.8 millones.


