Aunque las organizaciones que velan por los derechos de los niños del país ven con buenos ojos que Panamá haya sido reconocida por Estados Unidos (EU) respecto a la eliminación de la mano de obra infantil en la producción de la caña de azúcar, apuntan a que todavía hay desafíos pendientes.
Angélica Lavítola, directora ejecutiva de Casa Esperanza, manifestó que en esa organización han trabajado desde el año 2000 para alcanzar esta meta, por lo que el reconocimiento que hoy se hace al país “es un logro muy importante y valioso, porque representa 18 años de lucha”.
Sin embargo, advirtió de que aún queda un camino por recorrer para eliminar la presencia de menores de edad en otras prácticas, como el cultivo de café.
En tanto, Roderick Chaverri, de la Red Nacional de Apoyo a la Niñez y Adolescencia de Panamá, indicó que todavía se requiere hacer un mayor esfuerzo para retirar a los menores de edad que se encuentran ejerciendo el comercio informal.
Desde su punto de vista, el país ha avanzado de manera significativa en la reducción de las cifras de trabajo infantil en lo que se refiere a la producción agrícola; no obstante, se necesita un mayor esfuerzo para prevenir que los niños, niñas y adolescentes estén en las calles.
Ambos coincidieron en que hace falta una mayor coordinación entre las diferentes entidades del Estado, empresas y organizaciones de la sociedad civil que atienden el tema, de tal forma que se focalice la atención y se logren mejores resultados.
Por su lado, Nohely Nieto, titular de la Dirección contra el Trabajo Infantil y Protección de la Persona Adolescente Trabajadora, del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral, aseguró que la labor se está realizando y que un ejemplo de ello es, precisamente, el hecho de que Panamá fue excluido de una lista en la que llevaba más de 10 años.
Profundizó que desde la dirección que dirige se trabaja en conjunto con todas las partes involucradas en este tema, aplicando medidas preventivas que implican establecer políticas empresariales para impedir el ingreso de menores de edad en el ambiente laboral, apoyando a las familias y devolviendo a los niños al sistema escolar.
Cifras de la Contraloría General de la República, que datan de 2016 –las más actualizadas–, indican que en el país había en esa fecha unas 23 mil 855 personas de entre 5 y 17 años de edad clasificadas dentro del trabajo infantil.
La mayoría de ellas (58.5%) se dedicaba a actividades agropecuarias, forestales, de pesca y caza.
