Un juez acusó a 13 militares retirados de quemar intencionalmente y abandonar a dos jóvenes durante una protesta contra la dictadura de Augusto Pinochet en julio de 1986.
Entre los acusados por el juez Mario Carroza están los tres jefes de las patrullas que participaron del ataque contra el fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri, que luego falleció, y Carmen Gloria Quintana, según un fallo difundido ayer.
El caso de “los quemados”, como se lo conoce en Chile, es una de las miles de violaciones a los derechos humanos que cometieron los militares durante el régimen de facto (1973 a 1990), que dejó poco más de 40 mil víctimas, incluidos 3 mil 95 muertos de los cuales más de un millar sigue desaparecido.
Carroza estableció que el 2 de julio de 1986, día de una protesta nacional contra el régimen, tres patrullas militares se encontraron con los dos jóvenes en una barriada al este del centro de Santiago, los detuvieron, obligaron a De Negri a tenderse en el suelo y a Quintana a pararse junto a una muralla con las manos en alto. “Son rociados sus cuerpos con combustible y mediante el empleo de un elemento adicional, se les prende fuego. A consecuencia de esa acción se incendian sus ropas y resultan ambos con sus cuerpos quemados en una importante proporción, recibiendo la ayuda y el auxilio de algunos conscriptos que lograron apagar el fuego empleando para ello frazadas”, precisó el juez.
Los tres tenientes trasladaron luego a la pareja varios kilómetros al norte y los abandonaron en una zanja.
Carroza acusó a 11 de los 13 involucrados de ser los autores del homicidio calificado por la muerte de De Negri, y de homicidio frustrado en el caso de Quintana.