El Metro de Santiago, eje del transporte público de la capital chilena, fue objeto ayer de una serie de violentas “evasiones masivas”, en rechazo al alza de tarifas (3.75%) en horas punta, lo que paralizó tres de sus principales líneas.
Reclutadas a través de las redes sociales bajo la consigna #EvasionMasivaTodoElDia, miles de personas -en su mayoría estudiantes- se concertaron durante toda la semana para derribar las rejas de entrada a las estaciones, destruir los torniquetes y sobrepasar los controles de acceso.
El cierre obligó a los usuarios del Metro a utilizar el sistema de autobuses y marchar por las calles rumbo a sus hogares, sorteando enfrentamientos entre policía y manifestantes, que lanzaron palos y piedras a las fuerzas del orden, que respondieron con varios carros de choque.
Además, se cerró el perímetro de la casa de gobierno donde el presidente Sebastián Piñera sostenía una reunión de emergencia.
El jueves, las protestas habían dejado 133 detenidos, y daños calculados por la empresa estatal por unos $634 mil.