El sistema penitenciario se encuentra “contaminado y podrido”, afirmó el ministro de Gobierno, Milton Henríquez, tras anunciar el desmantelamiento de una red de corrupción en las cárceles del país, que se dedicaba a alterar las sentencias dictadas por los tribunales de justicia, falsificar boletas de libertad y manipular el traslado de privados de libertad.
Henríquez, junto con la procuradora de la Nación, Kenia Porcell; y el fiscal auxiliar de la República, Marcelino Aguilar; detalló los allanamientos y operativos efectuados ayer que dieron con la aprehensión de 13 personas supuestamente vinculadas con la red: cuatro civiles, cuatro funcionarios, tres exfuncionarios del Ministerio de Gobierno y dos privadas de libertad.
La procuradora Porcell precisó que la banda se dedicaba a cobrar dinero por los actos ilícitos y a estafar a los familiares de los reos.
Por su parte, el fiscal auxiliar dijo que seguramente habrá más detenciones, ya que se investiga a las juntas técnicas de las cárceles que evaluaban las libertades condicionales otorgadas a los detenidos.