La jornada electoral en Bolivia cerró ayer en calma y con una alta participación ciudadana en los centros de votación, informó el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Tras el cierre de centros de votación a las 4:00 p.m., el vicepresidente del TSE, Antonio Costas, dijo que hubo “una concurrencia importante de la ciudadanía” y celebró que los comicios hayan transcurrido “con tranquilidad”.
A partir de las 10:00 p.m. comenzarían a difundirse los primeros resultados en conteo primario.
Una fuerza combinada de más de 40 mil policías y militares patrulló la ciudad de La Paz, aunque no se reportaron episodios de violencia.
El veedor de la misión de observadores de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore), el costarricense Hugo Picado, indicó que el proceso electoral en Bolivia avanzó en orden.
Un total de 7 millones 315 mil 364 bolivianos estaban convocados a las urnas –y otros 400 mil en el exterior– para elegir entre el mandatario Evo Morales, que buscaba un cuarto mandato seguido, y el expresidente Carlos Mesa (2003-2005).
En total, nueve candidatos figuraban en la boleta de sufragio.
Detenidos
Anres del cierre de las urnas, un centenar de jóvenes de un partido opositor fueron detenidos en la región de Santa Cruz (este) en posesión de alcohol y estupefacientes, informó un jefe policial, en un episodio aislado en la jornada electoral.
Los vecinos alertaron “sobre el consumo de bebidas alcohólicas en un inmueble del lugar y se llega a sorprender a 106 personas al interior del inmueble, a quienes se les encontró elementos que establecen el consumo de sustancias controladas y bebidas alcohólicas”, dijo el jefe de la policía de esa región, Igor Echegaray.
Los jóvenes son miembros del partido Bolivia Dijo No (BDN), que postula a Óscar Ortiz, dijo el jefe policial.
En reacción a la operación, el jefe de campaña de BDN, Vladimir Peña, calificó de “arbitraria” la medida, porque “los jóvenes, que estaban al interior del inmueble, preparaban las meriendas para los delegados de mesa” y “no estaban consumiendo bebidas alcohólicas”.
Santa Cruz es la región más próspera de Bolivia y donde la oposición al presidente izquierdista Evo Morales se ha hecho fuerte.
El escenario
Morales partió como favorito por un estrecho margen frente a su principal rival, Mesa, según las encuestas.
Mesa reiteró sus temores de fraude al acudir a votar. “No confío en la transparencia del proceso (electoral), el Tribunal Supremo Electoral nos ha demostrado que es un brazo operativo del gobierno, nuestra desconfianza es muy alta”, afirmó a la prensa tras votar en un barrio en el sur de La Paz.
En el centro de La Paz, a dos calles del palacio presidencial, los electores hacían fila hacia el mediodía en el gimnasio del colegio Santa Ana. Entre ellos, Tania Villaroel López, estudiante de ingeniería industrial de 22 años, llegó con su madre, María Cristina, 44 años, y sus dos perros cockers. “Necesitamos conseguir que haya cambio. Creo que cualquier partido, por más bueno que sea, al igual que en cualquier sociedad, si se mantiene por mucho tiempo, se corrompe y eso sucede en nuestro caso”, dijo.
Por otro lado, Milton Quispe, estudiante de 30 años, dijo que votaría a “Evo, porque se ha ocupado de los pobres. Él ha sabido darnos dignidad”, apuntó.
Morales llegó al proceso precedido de sus logros sociales y económicos, pero también salpicado por escándalos de corrupción y acusaciones de tomar una deriva autoritaria. A diferencia de las tres últimas elecciones desde 2006, esta vez no estaba cantada una victoria abrumadora para él en primera vuelta.
Tras votar en su reducto cocalero del Chapare, el mandatario expresó su “confianza” y optimismo. “Acabo de sufragar, como me corresponde, y aprovecho esta oportunidad para convocar al pueblo boliviano a participar en esta fiesta democrática”, agregó.
Un sondeo de la universidad estatal otorgaba 32.3% de las preferencias a Morales y 27% a Mesa, lo cual obligaría al mandatario con más tiempo en ejercicio en América Latina a ir a una inédita segunda vuelta.
En un cuestionario respondido a la AFP, Mesa denunció que en Bolivia hay “un partido que controla a todos los órganos del Estado incluyendo el electoral” y que “no tiene entre sus principios el respeto a las reglas de la democracia”.
De su lado, la politóloga boliviana María Teresa Zegada consideró que “el poder ha sustituido las políticas en beneficio de toda la población por otras que satisfacen a solo algunos sectores” y denunció “persecución a líderes opositores”.