Activistas, encabezados por la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, emplazaron ayer al presidente Sebastián Piñera a frenar “graves y sistemáticas” violaciones a los derechos humanos denunciadas en el marco de la crisis que afecta Chile.
Las protestas, que estallaron el 18 de octubre, se saldan hasta ahora con 20 muertos, cinco de ellos a manos de agentes del Estado y se reportan unos 150 manifestantes con heridas oculares por el uso de balines en las manifestaciones. El Instituto Nacional de Derechos Humanos constató, además, 1,574 heridos, aunque admite que el número total podría ser mucho mayor.
El Instituto (autónomo) ha presentado 179 acciones judiciales por homicidio, violencia sexual y otras torturas supuestamente perpetradas por policías y militares, que patrullaron las calles durante la primera semana de la crisis.
Pero Sergio Micco, director del Instituto, descartó que las violaciones a los derechos humanos sean una política sistemática del gobierno de Piñera. “Quién afirme lo contrario tiene que probarlo”, dijo a Canal 13.
Menchú entregó una carta dirigida al mandatario, en la sede del gobierno, en la que exige “detener inmediatamente la violencia” perpetrada por las fuerzas de seguridad. “Se han cometido terribles actos de represión perpetrados por elementos de la fuerza de seguridad y otros agentes del Estado”, señala la carta, leída por Guillermo Whpei, presidente de la Fundación para la Democracia, una oenegé con sede en Argentina, impulsora junto a Menchú de la misión en Chile.
Menchú se mostró a favor de una Asamblea Constituyente, destinada a elaborar una nueva Constitución, que reemplace la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y que se erigió en los últimos días como una de las principales demandas ciudadanas.
“Van a tener que haber reformas profundas. Si no se hacen reformas profundas, la crisis chilena va a tardar un par de décadas” en finalizar, acotó Menchú.