La presidenta Michelle Bachelet anunció ayer que Chile demandó a Bolivia ante la Corte Internacional de La Haya para que se pronuncie sobre si las aguas del Silala son de un río internacional como afirma Santiago, o un manantial boliviano como dice La Paz.
El anunció de Bachelet, que fue confirmado más tarde por su canciller Eraldo Muñoz, tomó de sorpresa a las autoridades bolivianas, que ayer convocaron de emergencia a su equipo para analizar y emitir un pronunciamiento. La conferencia de prensa prevista para el lunes en la tarde fue diferida, informó la Cancillería en La Paz.
Sin embargo, el presidente Evo Morales dijo en su cuenta de Twitter que “si las autoridades de Chile tienen valores, deberían preguntar a La Haya a quién pertenecen los manantiales del Silala”.
En una entrevista con Radio Zero, Bachelet declaró que “lo que sucede es que el río Silala es un río internacional de acuerdo con Chile, y Bolivia insiste en que no es un río internacional y, por lo tanto, ellos pueden usar toda el agua de un río que ha sido usado mil años”. “Nosotros hemos decidido tomar la iniciativa”, añadió.
Chile se adelantó al presidente Evo Morales, quien hace un mes amenazó a Chile con llevar la controversia al tribunal.
El Gobierno de Chile y estudiosos locales dicen que el Silala, en el norte, es un río que nace en Bolivia, cuyas aguas por el efecto de gravedad fluyen hacia este país por una quebrada de 20 metros de ancho y 30 metros de alto, donde se van sumando aguas de otros cauces. Para Bolivia, el Silala es un manantial desviado artificialmente por Chile.
El Silala nace en el departamento boliviano de Potosí y desemboca aguas abajo en dos ríos del puerto chileno de Antofagasta.
Empero, durante más de un siglo los mapas del Instituto Geográfico Militar de Bolivia lo sindicaban como un río internacional, según especialistas chilenos en la materia.