Por segunda ocasión, el Club de Yates y Pesca queda en medio de un proyecto público. Esta vez, se trata de las obras de recuperación de las playas de la bahía de Panamá que anunció el Municipio de Panamá por $120 millones.
Ya en 2009 y como parte del proyecto de construcción de la cinta costera 1, al Club de Yates y Pesca se le cedieron para su reubicación 3 de las 35 hectáreas de relleno de mar que levantó Odebrecht a petición del Ministerio de Obras Públicas (MOP).
En aquel momento, Odebrecht calculó que construir esas 3 hectáreas costaría $9.8 millones, que fueron pagados por el Estado, ya que fue incluido en el precio ofertado por la empresa para la cinta costera 1: $189.1 millones.
Tomás Sosa, director de proyectos especiales del Municipio, subrayó que ya sostuvieron la primera reunión con los representantes de la junta directiva del Yates y Pesca, para tratar el tema.
“Ellos se van a incorporar al proyecto [de las playas]. Es decir, ellos se van a quedar allí, pero se van a mover más hacia dentro del mar y harán una especie de puerto o muelle flotante”, dijo Sosa, quien recordó que el club tiene una concesión allí.
En 1959, la Nación le traspasó a título gratuito el lote al Yates y Pesca. Además, en 2009 la Autoridad Marítima le avaló el fondo de mar que utilizan actualmente por un período de 20 años.
Sosa agregó que lo más seguro es que el Estado tenga que reformar la concesión.
Sosa: el Estado tendrá que reformar esa concesión
El proyecto de rescate de las playas de la bahía de Panamá que ejecutará el Municipio de Panamá implicará cambios en la concesión que posee el Club de Yates y Pesca.
Tomás Sosa, director de proyectos especiales del Municipio de Panamá, subrayó que el Estado tendrá que reformar la concesión porque probablemente el club tendrá que adentrarse más en el mar. “Ellos tienen una concesión vigente”, dijo.
Sosa explicó que al Yates y Pesca le conviene moverse porque requieren para sus actividades más fondo marino, mientras que el área que ocupa actualmente será utilizada por el Municipio para construir anfiteatros u otros espacios públicos para las personas que frecuentarán la zona una vez concluya el proyecto, en 2022.
La historia
La concesión del Club de Yates y Pesca data de 1959, cuando a través de la Ley 3 del 26 de enero, la Nación traspasó a título gratuito a la sociedad Club de Yates y Pesca, un lote de terreno de 8 mil 088 metros cuadrados, el cual se constituyó en la finca 30147.
Casi cuatro décadas después, mediante contrato de concesión de 21 de enero de 1997, la Autoridad Portuaria Nacional (hoy Autoridad Marítima de Panamá) le otorgó en concesión un área posterior a la finca, para la construcción de un rompeolas e instalaciones marítimas portuarias para el uso de los socios del club por un término de 20 años.
En 2008, cuando se construye la cinta costera fase 1, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y el Club de Yates y Pesca firmaron un “acuerdo de voluntades” en el que el club traspasa a título gratuito a la Nación, la finca 30147, el área otorgada en concesión en enero de 1997, y todas las mejoras existentes.
A cambio, en 2009 el MOP le cede 3 hectáreas de las 35 que se rellenaron como parte de la cinta costera 1. Además, la Autoridad Marítima emitió concepto favorable sobre un área de fondo de mar para las actividades del club por 20 años.
Lo anterior, a pesar de que el artículo 4 de la Ley 26 de 1959 estableció que “el lote cuya cesión se autoriza revertirá gratuitamente al Estado, con todas sus mejoras en caso de que por el proyectado relleno de la Bahía o cualquiera otra obra portuaria de interés nacional no pueda dedicarse a los fines motivo de la cesión”.
Estudio ambiental
El director de proyectos especiales del Municipio indicó que la próxima semana se prevé publicar en el portal Panamá Compra los pliegos para licitar el estudio ambiental del proyecto.
“Queremos cubrir todos los aspectos ambientales, y si hay que tomar alguna medida de mitigación ya sabremos lo que hay que hacer. Es más, estamos planteando un estudio categoría III, aunque no se necesite”, añadió.
El funcionario señaló que el proyecto tendrá un “gran impacto” para la ciudad de Panamá, el ambiente y la economía del país. “Eso le cambiará la vida a la ciudad, como la cinta costera, ya que serán playas de uso público”, adujo.
Al principio, el proyecto incluía rescatar dos playas: Calidonia y Bella Vista. Luego el Municipio advirtió la necesidad de abarcar el área de la marina del hotel Miramar, al igual que la del Club de Yates, lo que permitirá disponer de cinco hectáreas adicionales para recuperar el área playera y hacerla utilizable, con la edificación de un anfiteatro, un museo u otra obra de beneficio colectivo (ver mapa).
Para Gustavo Bernal, expresidente de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos, este tipo de trabajos no es una prioridad. Consideró que se debe evaluar bien el tipo de beneficios que podrían recibir inversiones privadas como la del Club de Yates y Pesca, al reformar su concesión.
Manuel Trute, exdirector de Planificación Urbana del Municipio, indicó que esta recuperación de playas es “interesante”, aunque hay que tomar en cuenta que una playa artificial requerirá serias responsabilidades de operación y mantenimiento.