La coalición internacional anti Estado Islámico (EI), liderada por Washington, afirmó ayer domingo que no apuntó a civiles en un reciente ataque aéreo en el este de Siria, sino contra combatientes yihadistas.
El jueves y el viernes hubo ataques aéreos contra la localidad de Susa, situada en un bastión del EI, donde murieron 41 civiles, entre ellos 10 niños, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que atribuyó el operativo a la coalición.
Esta apoya en la región a los combatientes kurdos y árabes de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), que continúan una ofensiva contra un último bolsón del EI cerca de la frontera con Irak.
La mayoría de los civiles muertos son familiares de miembros del EI, señaló ayer el director del OSDH, Rami Abdel Rahman. “Solo seis de ellos son sirios, los otros son en su mayoría iraquíes”, aclaró. El portavoz de la coalición manifestó, por su parte, que no hubo ningún ataque aéreo el viernes. En cuanto al jueves, sí hubo uno contra una mezquita convertida por el EI en un “centro de comando y control”, afirmó el coronel estadounidense Sean Ryan.
Según indicó este por correo electrónico, “solo había combatientes del EI” en el lugar en el momento del ataque. Precisando que “12 terroristas del EI resultaron muertos”, y que si hubo muertos colaterales se investigaría. En cambio, según el OSDH, el jueves murieron 18 civiles, entre ellos 7 niños, todos familiares de yihadistas del EI, entre los que fueron abatidos 11 ese día.
