Rebeldes sirios y sus familias fueron evacuados ayer por primera vez de un distrito de Damasco, dándole así la posibilidad al régimen de afianzarse en la capital, un objetivo clave para él.
En la misma jornada, la ONU anunció que una nueva ronda de negociaciones sobre Siria comenzará el 16 de mayo en Ginebra. El pacto para evacuar Barzé es similar a otros acuerdos alcanzados para otros territorios en manos de los rebeldes, que permiten que los combatientes abandonen de forma segura esas áreas a cambio de la rendición. “Hombres armados y algunos familiares empezaron a abandonar Barzé en 40 autobuses en dirección al norte de Siria”, afirmó la cadena estatal.
La televisión añadió que la evacuación duraría cinco días, pero que los combatientes rebeldes que elijan quedarse podrán hacerlo si se registran ante el Gobierno.
El canal no precisó cuántas personas serán evacuadas, pero según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, entre mil 400 y mil 500 combatientes y sus familias podrían abandonar la capital para instalarse en Idlib, una provincia del noroeste en manos de los rebeldes y los yihadistas. Según el gobernador de la ciudad de Damasco, citado por la televisión, mil 22 personas, entre ellas 568 combatientes y sus familias, ya abandonaron la capital.
El acuerdo de evacuación de Barzé, un barrio en el que vivían 48 mil personas antes de la guerra, se cerró el domingo por la noche y decenas de habitantes aguardaban desde primera hora de la mañana a poder salir de la ciudad.
Un fotógrafo de la AFP vio a combatientes rebeldes portando armas ligeras, mientras niños y mujeres con coloridos pañuelos arrastraban viejas maletas y bolsas de lona. Una fuente de las Fuerzas de Defensa Nacional, progubernamentales, afirmó que se permitiría a los rebeldes llevar consigo sus “armas personales”.

