Mientras más países se suman al repudio y preocupación por el rearme de una facción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), las autoridades judiciales del vecino país dictaron nuevas órdenes de captura para los conjurados e iniciaron los trámites para expulsarlos del proceso de paz
Expiden ordenes de captura para exguerrileros alzados en armas
Tanto la Corte Suprema de Justicia como la Fiscalía General de Colombia libraron nuevas órdenes de captura contra los ex combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que se apartaron del proceso de paz y el pasado jueves anunciaron una nueva rebelión armada, informó ayer el diario El Tiempo.
De acuerdo con la información publicada por el periódico bogotano, estas órdenes tendrán validez tanto en el territorio del vecino país, como en el extranjero.
La Corte abrió un nuevo proceso a Seuxis Paucias Hernández Solarte, alias Jesús Santrich, que se suma al que ya lleva esa instancia por narcotráfico, y expidió una nueva orden de captura para que comparezca a rendir declaración indagatoria, según informó Héctor Javier Alarcón, presidente de la Sala de Instrucción del máximo tribunal, citado por El Tiempo.
En tanto, la fiscalía gestiona nuevas órdenes de captura para Iván Márquez, Hernán Darío Velásquez (el Paisa), Henry Castellanos Garzón (Romaña), José Manuel Sierra (Aldinever), José Vicente Lesmes (Walter Mendoza), Olivio Merchán Gómez (el Loco Iván), Jhon Jairo Bedoya (Rusbel Ramírez), Élmer Mata Caviedes (Albeiro Córdoba), Alberto Cruz Lobo (Enrique Marulanda) y Julio Enrique Rincón (Nelson Robles).
Fabio Espitia, fiscal general encargado, detalló que las órdenes son por los delitos de concierto para delinquir agravado; fabricación, tráfico y porte de armas de uso privativo de las Fuerzas Militares, y utilización ilegal de uniformes o insignias.
En lo que respecta a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), dos instancias tramitan la expulsión de los exguerrilleros que se rearmaron, precisó El Tiempo.
La decisión está en manos de la Sala de Reconocimiento de Verdad y de la Sección de Apelación.
Reacciones
“Condenamos con fuerza los recientes llamados de unos individuos a abandonar los compromisos del acuerdo de paz de 2016 para volver a involucrarse en el terrorismo y la violencia”, dijo el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en un comunicado difundido la noche del pasado viernes.
En tanto, los gobiernos de Francia, Cuba y Noruega, estos dos últimos garantes de los procesos de paz, expresaron su preocupación por el anuncio de Iván Márquez del retorno a las armas de un grupo de las FARC que, de acuerdo con informaciones de inteligencia militar, podrían sumar 2 mil 300 combatientes.
París consideró que “el anuncio de la reanudación de la lucha armada por parte de excombatientes no está justificada”, debido a que “el gobierno colombiano y las FARC están inmersos desde 2016 en un valiente proceso de paz”, en el que los “esfuerzos realizados” por parte de uno y otro lado son “innegables”.
“Francia reafirma su pleno apoyo a los mecanismos” del Acuerdo de Paz y “llama a todas las partes a respetar los compromisos alcanzados”, agregó la portavoz Agnès von der Mühll, citado por la agencia de noticias AFP.
Por su parte, Cuba y Noruega ratificaron “su compromiso con la paz de Colombia” y expresaron “su profunda preocupación por el reinicio de la lucha armada por parte de algunos miembros de las FARC”, según un comunicado conjunto publicado por la cancillería cubana.
“Los países garantes respaldan a todos aquellos que defienden el proceso de paz en Colombia [...] confirman la vigencia del histórico Acuerdo Final de Paz y consideran que su implementación efectiva y su estricto cumplimiento es el camino para preservar la paz”, agrega el documento.
El pasado jueves, Iván Márquez, ex número dos de la disuelta guerrilla FARC, apareció junto con otros jefes rebeldes en un video en el que anunciaron su retorno a las armas, tras la “traición del Estado” a lo consagrado en el pacto firmado con el expresidente Juan Manuel Santos en 2016.
Tras diálogos en La Habana, se firmó un acuerdo con Santos que permitió el desarme de 7 mil combatientes y transformó en partido político a la que fue la guerrilla más poderosa de América.
El partido FARC asegura que la mayoría de los que depusieron las armas están cumpliendo con lo pactado, pese al asesinato de al menos 143 desmovilizados.
“Seguiremos sin desmayo esa ruta”, dijo la agrupación, que denuncia retrasos en el cumplimiento de los compromisos que ahora recaen en el gobernante derechista Iván Duque, quien considera que el acuerdo tiene un exceso de concesiones.
Cuba y Noruega pidieron proteger la seguridad y la plena reintegración y reincorporación de los excombatientes a la vida civil para consolidar el proceso de paz.
Venezuela, otro de los facilitadores del diálogo, inició contacto con los garantes para buscar una salida. Aunque Duque denunció que el régimen de Nicolás Maduro alberga a quienes retomaron las armas.
Maduro, por su parte, lo negó y acusó a Duque de ejecutar un “planificado desmontaje” del proceso de paz.
Luego del anuncio de Márquez, el presidente Duque anunció una ofensiva militar contra los disidentes –que el pasado viernes dejó los primeros nueve excombatientes caídos– y ofreció recompensas de unos $880 mil dólares por cada uno de los involucrados en la amenaza.