El secretario general de la OEA, Luis Almagro, enfrentó duras críticas ayer en Honduras, donde diversos sectores lo acusan de debilitar la lucha contra la corrupción emprendida por una misión del organismo continental, dirigida por el peruano Juan Jiménez Mayor.
Jiménez Mayor renunció la noche del jueves como jefe de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih) argumentando que Almagro se ha negado a recibirlo desde agosto. Consultada en su sede en Washington, la OEA no se pronunció en lo inmediato sobre la renuncia de Jiménez Mayor.
Un día antes de la dimisión, Almagro envió una nota al presidente hondureño Juan Orlando Hernández en la que lamentó que la Maccih no ha tenido resultados en el combate a la corrupción.
“Será necesario fortalecer el funcionamiento de la Maccih dado que, a pesar de haber tenido recursos y plena libertad de acción por parte de la secretaría general, no ha sido capaz de arrojar los resultados en cuanto a investigaciones y procesamientos por casos de corrupción que hubiéramos deseado”, señaló Almagro.
Tales comentarios fueron interpretados en Honduras como críticas directas a la labor del exministro peruano al frente de la Maccih.
El influyente Colegio Médico Hondureño catalogó como “irresponsables” los señalamientos de Almagro contra Jiménez y denunció que “condenan a la muerte al pueblo hondureño”, al frenar la lucha anticorrupción.
“Monumental error del secretario general de la OEA, Luis Almagro, minimizar los esfuerzos y resultados del contingente de expertos anticorrupción que dirige Juan Jiménez Mayor en el país”, afirmó en un comunicado Omar Rivera, miembro de la oenegé Asociación para una Sociedad Más Justa.
Los problemas de la Maccih se agudizaron cuando en diciembre pasado, por una investigación de su equipo, la fiscalía acusó a cinco diputados de recibir dinero del Gobierno para financiar proyectos sociales, y lo desviaron a sus cuentas personales.
Ante ello, el Congreso reformó en enero pasado una ley que retiró de la justicia ordinaria las investigaciones a diputados y las pasó al Tribunal Superior de Cuentas, lo que Jiménez tildó como un “pacto de impunidad”.
Ante la renuncia del jefe de la Maccih, el presidente Hernández aseguró su compromiso en la lucha contra la corrupción.
“Lamento la renuncia del vocero de la Maccih Juan Jiménez Mayor, con quien conversamos esta noche (del jueves). El Gobierno de Honduras reafirma su compromiso con la lucha contra la corrupción y la impunidad y su propósito de continuar fortaleciendo sus operadores de justicia”, aseguró Hernández en Twitter.
Pero otros en Honduras plantearon dudas sobre la continuidad de la lucha por erradicar anomalías en el manejo de bienes públicos.
El exfiscal Edmundo Orellana deploró que “el secretario general de la OEA deja sola a la Maccih cuando está constituida en una amenaza real para las élites corruptas del país”.
La Maccih fue creada en febrero de 2016, luego de que decenas de miles de personas salieron durante semanas a las calles a protestar con antorchas encendidas por el saqueo de unos 330 millones de dólares de los servicios médicos y pensiones del Seguro Social.
Los manifestantes exigían que se creara un organismo de Naciones Unidas similar a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).
Hernández aceptó que parte de los fondos saqueados entraron al equipo de campaña que lo llevó a poder en las elecciones de 2013, y pidió a la OEA que creara el organismo.
