El papel desempeñado por los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá), como mediadores de un frustrado diálogo entre el Gobierno y la oposición venezolana en 2016 fue puesto en duda por un nuevo movimiento opositor que se denomina Gran Alianza Nacional (GANA).
Y no se trata solo de una descalificación pública, sino de la presentación –el pasado martes– de una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en la que se solicita a los comisionados “(...) determinar las responsabilidades indirectas por tolerancia, omisión, aquiescencia, colaboración, que corresponden presuntamente a los expresidentes mencionados, quienes, con sus comportamientos han contribuido al agravamiento de los sufrimientos del pueblo venezolano y a la violación sistemática de sus derechos y libertades”.
El documento, de ocho páginas, que lleva la firma del presidente de GANA, Enrique Aristeguieta Gramcko –dirigente político y miembro de la Junta Patriótica que luchó contra el dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958–, remarca en dos de sus párrafos que “el diálogo, usado como instrumento de la democracia” fue “prostituido aviesamente por dichos expresidentes, como burladero para sosegar –como lo demuestra la realidad– la protesta social opositora y de suyo sostener en el ejercicio de su poder criminal a los autores de las violaciones sistemáticas de derechos humanos que sufre la población venezolana”.
El documento hace un repaso de políticas y acciones adoptadas por el gobierno del presidente Nicolás Maduro que han llevado a la crisis económica y social que viven los venezolanos, culpándolas de la caída de producción e importación de alimentos y medicinas, de una inflación promedio de 500%, de la caída del valor de la moneda (100 bolívares equivalen hoy a 0.03 de dólar), de la alta tasa anual de homicidios (91.8 por cada 100 mil habitantes o 28 mil 479). Además, destacan la crisis constitucional por la ruptura abierta del Gobierno con elementos esenciales y componentes fundamentales de la democracia y su ejercicio, evidentes en el desconocimiento de las competencias constitucionales de la Asamblea Nacional elegida el 6 de diciembre de 2015, la suspensión del referendo revocatorio y la detención y encarcelamiento de disidentes.
Consultado por este medio, el presidente de GANA aseguró que los expresidentes fueron “deliberadamente” a darle oxígeno a un régimen que carece de legitimidad y respetabilidad y “si se buscan esos indicios y esos hechos, los van a encontrar con relativa facilidad”.
Aristeguieta señaló que Rodríguez Zapatero iba a Caracas a exigirle a los líderes de oposición “que no dijeran ciertas cosas, que no reclamaran ciertas cosas, para poder obtener su liberación” y que el secretario general de Unasur, Ernesto Samper, “ha estado siempre del lado del régimen”. “Entonces, no son unos buenos gestores, no vienen a ejercer buenos oficios, vienen a alargar la existencia de ese régimen genocida que está acabando a la población, haciéndola pasar hambre, impidiéndole que tenga acceso a la salud, sin controlar la inseguridad que se cobra cada año miles de personas”.
El político manifestó que cuando se reunió“ese llamado grupo de diálogo”, se hizo para entorpecer la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, que había sido solicitada por el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, en mayo de 2016. Aseguró, además, que se está gestando una continuación de ese diálogo con la misma finalidad.
El pasado 3 de marzo, en declaraciones a Panorama.com.ve, Samper dijo que el diálogo fue el muro de contención de la violencia civil y que se estaban estudiando las condiciones en que podía relanzarse, algo en lo que según Aristeguieta participan algunos grupos de la MUD.
La denuncia presentada por GANA alude al informe presentado por Almagro al Consejo Permanente al pedir la activación de la Carta Democrática y a la actualización divulgada por él el pasado 14 de marzo.
En ese reporte, de 75 páginas, entre otras cosas el secretario general remarca que “es hora de que se reconozca el fracaso del diálogo como proceso para restaurar la democracia y la prosperidad de la población. El diálogo fue en realidad una herramienta para consolidar las peores variables autoritarias del régimen en la dimensión nacional y para no asumir compromisos de denuncia y presión internacional en el ámbito externo. Esos objetivos inaceptables fueron claramente cumplidos por el Gobierno”.
También advierte que la participación de la Santa Sede se convirtió en una excusa para que los Estados miembros se hicieran a un lado, y que “continuar replicando los fallidos esfuerzos de mediación y las gestiones diplomáticas rechazadas solo puede prolongar el sufrimiento” de los venezolanos.
Consultado sobre la denuncia, la oficina de prensa del expresidente Torrijos manifestó que por el momento él “ha preferido guardar silencio y no referirse a lo expresado por el grupo venezolano GANA dentro de su reciente comunicado, cuyo contenido respetamos en todas sus partes”.
No obstante, indicó que siempre existe la posibilidad de que, en conjunto, los tres expresidentes “pudieran en el futuro emitir alguna declaración colectiva”.
Nuevo liderazgo opositor, al ruedo
¿Qué es GANA? Según Enrique Aristeguieta Gramcko, la Gran Alianza Nacional surge de un grupo de venezolanos que aspira reunir a su lado a una serie de organizaciones sociales, oenegés, grupos políticos y personalidades que estén dispuestas a buscar un proyecto común para salir del gobierno, que hoy es representado por el presidente Nicolás Maduro. “Entonces con un nuevo gobierno transitorio poder convocar unas elecciones de verdad en el menor período posible”, indicó.
Explicó que GANA no es un partido político y tampoco tienen intención de crearlo. “No pretendemos sustituir ni absorber a nadie, lo que queremos es agrupar y caminar juntos”.
Expresó que la ruta de GANA pasa por concienciar a la gente a que tome la calle para exigir la salida del corrupto gobierno que tiene el país. “Tiene que haber una acción contundente, una negativa radical de seguir aceptando este estado de cosas (...) La idea no es un gobierno militar, la idea no es cambiar una dictadura por otra, la idea es limpiar lo que se tiene, erradicarlo y crear las bases para una elección seria, transparente, en el plazo más corto”, remarcó.
¿Cree que la OEA y la CIDH están listos para una decisión diferente? Ya veremos qué pasa con la OEA y con otros gobiernos. Creemos que no estamos solos, no sé hasta dónde están ellos dispuestos a llegar, pero en todo caso vamos a aprovechar todo lo que se pueda, afirmó el político.