Los dos proponentes que hicieron ofertas para la construcción, operación y mantenimiento de la cuarta línea de transmisión eléctrica no cumplieron con los requisitos técnicos exigidos en el proceso, por lo que la Empresa de Transmisión Eléctrica, S.A. (Etesa) declaró desierta la licitación.
El proyecto se impulsa desde 2016, y según el plan de expansión eléctrica de 2018, la línea debe estar operativa en julio de 2023. Cada atraso pone presión sobre la capacidad de transportar energía desde las generadoras hasta los centros de consumo.
Tanto Etesa como los representantes de la industria eléctrica avalan hacer el proyecto en la fecha señalada, para evitar atrasos como el ocurrido con la tercera línea, que tuvo consecuencias en las finanzas de la empresa y en la tarifa de los clientes.
“En 2010, la intromisión de la política tuvo consecuencias y le costó a los consumidores $80 millones por atrasar el cronograma de la tercera línea”, recordó el gerente de Etesa, Gilberto Ferrari. Ahora, el estancamiento del proyecto está vinculado con las ofertas de los interesados.
El Partido Revolucionario Democrático, que ganó las elecciones, había pedido que se suspendiera la licitación porque se estaba haciendo de manera apresurada, algo que Etesa consideró como intromisión política.
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