El petrolero estado mexicano de Veracruz, cuya administración ha estado envuelta en escándalos de presunta corrupción, requiere un rescate financiero debido a sus excesivas deudas, dijo ayer el gobernador, Miguel Ángel Yunes, quien fue nombrado por el Congreso del estado, luego de que le fue aceptada la renuncia a Javier Duarte.
Investigaciones por supuesto enriquecimiento ilícito, peculado e incumplimiento del deber legal llevaron al gobernador saliente a dejar el cargo el miércoles, semanas antes de cumplir su periodo, para hacer frente a las acusaciones.
Duarte, del oficialista Partido Revolucionario Institucional, es señalado como el responsable de llevar al estado, situado en la costa del golfo de México, a una situación financiera crítica y a no contener el creciente crimen organizado. Las investigaciones por corrupción también le han traído sanciones dentro del partido, que en septiembre pasado le suspendió provisionalmente los derechos políticos.
Para Yunes, del opositor Partido Acción Nacional, y cuyo gobierno se iniciará el 1° de diciembre, “la deuda de Veracruz es impagable (...)”. “Es imposible pagar una deuda que puede rebasar los 100 mil millones de pesos (unos $5 mil 180 millones)”, dijo en una entrevista con la cadena Televisa.
“Es importante que se intervenga en Veracruz de manera urgente (...) sobre todo en materia de seguridad y en materia financiera”, dijo.
Entre 2010, cuando Duarte asumió la Gobernación, y el cierre de 2015, la deuda del estado creció a 45 mil 900 millones de pesos, más del doble, según la Secretaría de Hacienda.
Duarte señaló que decidió separarse del cargo porque las acusaciones “falsas y con fines electorales hacen necesario que por congruencia y honorabilidad deba dedicar tiempo y atención a limpiar (...) mi nombre y el de mi familia”.
Veracruz es considerado el más peligroso para el ejercicio del periodismo, con 19 periodistas asesinados desde 2010, según recuentos de oenegés que piden se investigue a Duarte por algunos ataques a comunicadores.
