Aunque parezca difícil de creer, en Panamá hay niños menores de un año que mueren por causa de males prevenibles y que se pueden tratar de ser diagnosticados de forma temprana. Dentro de ese grupo están, entre otros, diarrea, neumonía, trastornos relacionados con la duración de la gestación y el crecimiento fetal.
Así lo muestra un informe del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) de la Contraloría General de la República divulgado en diciembre pasado, en el que se detalla que en 2017 la mayoría de los niños murió por trastornos en la gestación o crecimiento fetal (102), malformación congénita del corazón (100), sepsis bacteriana en recién nacidos (65), neumonía (52) y diarrea (44).
Y la tasa de mortalidad en el país de niños menores de un año fue de 14 muertes por cada mil nacidos vivos. Es una tasa que no tuvo avances positivos en años recientes, ya que en 2016 era 13.9 por cada mil nacidos vivos. Si se compara con cinco décadas atrás sí se observan cambios. Por ejemplo, en 1961, la tasa promedio de mortalidad infantil era de 56 defunciones por mil nacidos vivos.
Sin embargo, un aspecto que no ha variado mucho son las áreas en donde ocurren estas defunciones, pues en los datos se observa que las tasas más altas están en Bocas del Toro, Chiriquí, Darién y la comarca Ngäbe Buglé.
En el resto de las provincias la tasa está en el rango establecido por la Organización Mundial de la Salud de 12 por cada mil nacidos vivos. Por ejemplo, ahora mismo, las provincias que presentan las condiciones más favorables son Veraguas (6.8) y Herrera (7.5).
En resumen, el informe plantea que las diferencias de la mortalidad infantil varían dependiendo de las provincias.
Razones
Max Ramírez, jefe del Programa de Niñez y Adolescencia del Ministerio de Salud (Minsa), señaló que las causas de la muerte en niños menores de un año son las mismas de hace 20 años.
Sostuvo que para tratar males como diarrea y neumonía en los niños llevan adelante programas ampliados de inmunización para prevenirlas, pero desafortunadamente las madres no acuden al 100% con sus hijos.
Añadió que hay factores determinantes que inciden, como las vías de comunicaciones, acceso a luz y agua, educación e ingreso económico.
El funcionario detalló que hay varias áreas que han bajado su tasa de muertes de menores por cada mil nacidos vivos al compararse con 2016. Entre ellos, la provincia de Bocas del Toro, que pasó de 29.5 muertes de menores de un año a 24.5.
Por otro lado, hay provincias en que aumentó, como Darién, de 17.5 a 20.
En ese sentido, Ramírez manifestó que en febrero próximo harán una evaluación en cada región para analizar cada una de las causas de las defunciones.
Pobreza y mortalidad
El jefe de Neonatología del Hospital del Niño Dr. José Renán Esquivel, Alberto Bissot, dijo que esta mortalidad está estrechamente relacionada con la pobreza.
Para Bissot, se requiere invertir en la atención neonatal, porque es sabido que este es unos de los aspectos que más afecta la tasa de mortalidad infantil.
La necesidad de mejorar la salud en las comunidades más pobres y vulnerables del país, atacando las condiciones sociales en las que viven y trabajan las personas, queda demostrada al examinar los indicadores que demuestran con mayor claridad el impacto de la pobreza multidimensional en la salud de las personas.
De hecho, los resultados del segundo Índice de Pobreza Multidimensional Nacional dicen que el 19% de la población panameña vive en hogares multidimensionalmente pobres, es decir, 2 de cada 10 panameños. El estudio también indica que las regiones comarcales de Guna Yala, Ngäbe Buglé y Emberá Wounaan son donde más se concentran los niveles de pobreza.
Jorge Prosperi, especialista en Salud Pública, indicó que la persistencia de condiciones adversas de salud, principalmente entre la población más pobre del país, hace suponer que esta problemática no ha sido una prioridad real en la agenda política de los gobiernos.
Acotó que las autoridades se preocupan más por construir e inaugurar edificaciones, muchas veces innecesarias, aunque no tengan equipo ni personal.