El sonido de los cilindros de la rotativa del diario venezolano El Nacional se apagó ayer. En su lugar, el silencio se tomó el espacio en donde durante 75 años se forjó una prensa libre que no dudó en enfilar su pluma hacia el fortalecimiento de la democracia.
La última edición impresa que ayer vio la luz pública estaba cargada de impotencia. El golpe certero de la dictadura de Nicolás Maduro contribuyó a devorar la tinta, el papel, los insumos, decapitando de un solo tajo la libertad de expresión en la patria de Bolívar.
Un poco más arriba del mapa, en la Nicaragua de Sandino, otra dictadura, la de Daniel Ortega, busca subterfugios para acallar la libertad de prensa.
Entre el 20 de octubre y el 3 de diciembre de este año se han registrado 77 violaciones a la libertad de expresión, según la Fundación Violeta Chamorro.
Los ataques a los mensajeros han sido sistemáticos, con muertes, amenazas y estrangulamiento económico de los medios.
“Matemos al mensajero”, parece ser la consigna dictatorial.
Dando la batalla
“El Nacional es un guerrero y seguirá dando la batalla”, fue el titular de despedida del diario venezolano.
“No han podido con nosotros, ni van a poder”, afirmó por su parte su presidente editor, Miguel Henrique Otero, quien desde hace varios años se encuentra fuera del país debido a un proceso judicial que emprendieron las autoridades en su contra.
“Nicolás [Maduro], nos vemos en la web” , dijo Jorge Makriniotis, gerente general del diario, al anunciar que a partir de hoy el periódico comenzará un proceso de reinvención y concentrará su personal, de unos 80 periodistas, más otros 80 que laboran en las rotativas, en la edición digital que vienen desarrollando desde hace varios años.
Agregó que el diario mantendrá su postura crítica hacia el Gobierno, pese a las amenazas y los cinco procesos judiciales que enfrenta, entre ellos uno del presidente de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, que señaló al medio de difamarlo por difundir un informe sobre supuestos vínculos con el narcotráfico.
Ejecutivos del rotativo responsabilizaron al gobierno de Maduro de acosar al diario por distintas vías, entre ellas, no suministrarle divisas para adquirir papel importado y otros insumos, ni asignarle bobinas que distribuye en exclusiva una corporación estatal. Las autoridades no han ofrecido comentarios sobre el caso.
Carlos Correa, de la no gubernamental Espacio Público, contabiliza el cierre de 116 medios, 70 de ellos periódicos, bajo la gestión de Maduro, que comenzó en 2013. Otros diarios y televisoras de los 62 activos en todo el país cambiaron de dueños y desde entonces modificaron sus líneas editoriales a favor del Gobierno.
La Sociedad Interamericana de Prensa expresó ayer que el cese de la versión impresa de El Nacional “es una regresión más a la libertad de prensa con un régimen que sigue destruyendo los derechos de sus ciudadanos, el país y la democracia”.
El Fórum de Periodistas por las Libertades de Expresión e información de Panamá convoco a las organizaciones democráticas de América a solidarizarse con El Nacional.