Las organizaciones de personas con discapacidad consideran que las infraestructuras del Metro de Panamá son bastante accesibles para esta población.
Sin embargo, sostienen que hay aspectos que se deben mejorar para integrar más a esta población. Tal es el caso de la existencia de ascensores bajo llave, confeccionar tarjetas en braille para los ciegos y la falta de cortesía de algunos usuarios, entre otros.
La mayoría de los dirigentes de los gremios consultados afirman que las estructuras son muy modernas, pero el reto de los discapacitados es ingresar y salir de las estaciones, ya que las barreras arquitectónicas están presentes.
La vicepresidenta de la fundación Totus Tous (personas en silla de ruedas), Arelys González, relató que la primera vez que abordó el Metro sus familiares tuvieron que dejar el automóvil estacionado en el área del centro comercial de Albrook. Posteriormente, por la falta de acera pasó por varios tramos de la calle hasta llegar a la Terminal Nacional de Transporte de Albrook y se dirigió a la rampa de acceso al tren.
González fue asistida por personal de la Secretaría del Metro de Panamá (SMP), que la guió por el andén, luego por el ascensor y después la ubicaron en uno de los tres puestos asignados en cada vagón para personas en sillas de ruedas. Tras el viaje y llegar a la estación de Los Andes, en San Miguelito, el trato fue similar, pero al trasladarse al centro comercial encontró calles rajadas, huecos y rampas inadecuadas.
Aunque los trabajadores de la SMP son atentos, la secretaria general de la Red Latinoamericana de Organizaciones no Gubernamentales de Personas con Discapacidad y sus Familias (Riadis), Ana Fisher, tuvo que lidiar con la falta de colaboración de varios pasajeros que no tuvieron cortesía con personas que se trasladaban en silla de ruedas.
En su caso, relató que mientras abordaba el tren sitió en varias ocasiones que otros usuarios la iban a sacar de la silla debido a la empujadera que se forma.
“Falta educación al abordar cada tren y dar prioridad a las personas con discapacidad. No hay Metro cultura”, aseguró Fisher.
Barreras en el camino
La Asociación de Estudiantes y Egresados Ciegos Universitarios de Panamá (Aeecup) tiene inquietudes similares. El dirigente Ricardo Jaén enfrentó problemas al desplazarse hacia la estación del Carmen desde la Universidad de Panamá.
Indicó que la experiencia se repite en la estación de Pueblo Nuevo, San Miguelito y Pan de Azúcar donde son múltiples las barreras al salir de las estaciones. No obstante, destaca que en la estación 5 de Mayo la realidad es otra gracias al paisajismo, a los espacios para rampas y aceras.
Todo esto fue integrado a las infraestructuras de este moderno sistema de transporte, agregó.
Jaén añadió que sus compañeros ciegos han denunciado que hay ocasiones en que los ascensores de algunas estaciones del Metro están bajo llave, y como no siempre se consigue al personal a cargo, los usuarios se atrasan.
En tanto, Wilfredo Reyes, otro no vidente, dijo que el recorrido en el tren es rápido, pero en las estaciones se les dificulta su movilidad.
Citó como ejemplo que dentro de la estación las escaleras eléctricas están muy separadas y los ascensores se ubican distantes a estas.
Las personas ciegas también reclaman un sistema braille en las máquinas de recarga de tarjetas, además no se cuenta con un sistema de voz que los oriente en la transacción, elemento que sí está disponible en otros países que cuentan con un sistema ferroviario.
En fin, estudiantes y profesionales con discapacidad coinciden en que el nuevo sistema de transporte es necesario, pero requiere una adecuada planificación urbana. Mientras que otros apuntan a que la planificación urbana y la accesibilidad no van de la mano en el país.
Otras demandas
Por otro lado, el coordinador de la Federación Nacional de Personas con Discapacidad, Guillermo Moreno, planteó que sería oportuno agrandar el tamaño de la letra de las pantallas que indican las estaciones para guiar a las personas sordas, pues si presentan baja visión se les dificulta la lectura.
Moreno elogió que se anuncie ya sea mediante grabadora o a través del operador el curso de las estaciones, pues en el sistema Metro Bus ese mecanismo funciona esporádicamente y a veces está fuera de servicio por decisión del conductor.
Mientras que el secretario regional de la Asociación de Jóvenes y Adolescentes Sordos de Panamá, México, Centroamérica y el Caribe, Irving Jiménez, solicitó respetar los espacios designados para la población con discapacidad.
También sugirió que se consulte y se tome en cuenta en proyectos futuros las voces de las organizaciones que trabajan este tema, pues desde allí también se impulsa la inclusión.
Al respecto, el coordinador de la Red Ciudadana Urbana de Panamá, Tomás Engler, instó a las autoridades a resolver estas limitaciones de accesibilidad de las personas con discapacidad.
Engler mencionó que en el corregimiento de Betania se hacen estudios de cómo implementar un proyecto de aceras.
Esfuerzo de inclusión
Por su parte, el director de la Secretaría Nacional de Personas con Discapacidad (Senadis), Ramón Alemán, explicó que por meses y periódicamente sostuvieron reuniones con la SMP para lograr plena accesibilidad al nuevo sistema.
“Se incluyó capacitación al personal del Metro para atender a esta población y todo esto es monitoreado para su cumplimiento”, explicó el director de Senadis.
De acuerdo con Alemán, las barreras fuera de las estaciones del Metro, es decir en las calles, requerirán de un proceso de modificación, de accesibilidad y planificación urbana, que ya empezó y que el Municipio de Panamá impulsa con avances positivos.
De acuerdo con el Censo de 2010 de la Contraloría General de la República, hay 106 mil 375 personas con discapacidad en el país. En tanto, cifras de la SMP indican que unas 150 mil personas se movilizan a diario en el Metro.
Este medio pidió una versión del secretario del Metro de Panamá, Roberto Roy, quien asignó al director de Operaciones de la SMP, Carlos López, pero tampoco respondió.
ENFOQUE
Planificación urbana es ignorada
Juan Pablo Porcell P.*
panorama@prensa.com
TAREA.La falta de planificación en la urbe capitalina es evidente. La peatonalidad o la llamada movilidad urbana debe incluir hasta las sillas de ruedas, pero aún no ha sido atendida por las autoridades. Se le ha dado mayor énfasis al automóvil. En el caso de los ciudadanos con discapacidad, se tienen que estudiar las mejores rutas peatonales, ubicando puntos de referencia de los accesos de las estaciones del Metro para diseñarlos con rampas adecuadas. El asunto de la accesibilidad hay que resolverlo en breve porque estos nuevos polos de desarrollo, las inmediaciones de las estaciones, se convierten en nodos intermodales, espacio público en el cual intervendrán todos los medios de transporte público y privado los cuales deben proveerse de accesibilidad. Históricamente, las líneas de Metro en las ciudades donde se han construido, han generado un interés general por mejorar los entornos inmediatos y toda el área de influencia de este.
*Arquitecto urbanista