Estados Unidos (EU) dijo ayer que expulsará a 60 diplomáticos rusos, uniéndose a gobiernos de toda Europa en su castigo al Kremlin por el ataque contra un ex espía ruso en Reino Unido del que culpan a Moscú.
La decisión es la más dura adoptada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra Rusia desde que asumió el cargo.
La primera ministra británica, Theresa May, acogió las muestras de solidaridad y dijo que 18 países habían anunciado planes para expulsar a los funcionarios rusos, entre ellos 14 dela Unión Europea (UE).
El secretario de Relaciones Exteriores británico, Boris Johnson, tuiteó que “la extraordinaria respuesta internacional de nuestros aliados quedará en la historia como la expulsión colectiva de funcionarios de inteligencia rusa más grande de la historia y ayudará en la defensa de nuestra seguridad compartida”.
May dijo que las medidas coordinadas “demuestran con claridad que todos estamos hombro con hombro en el envío de la señal más fuerte a Rusia de que no puede seguir saltándose la ley internacional”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso calificó las acciones como un “gesto provocativo” y prometió responder.
El portavoz del Kremlin afirmó que la respuesta de Occidente es un “error” y que el presidente, Vladimir Putin, tomará la decisión final sobre la respuesta rusa.
Moscú ha negado estar detrás del ataque a Sergei Skripal y su hija en la ciudad de Salisbury, en el sur de Inglaterra.
El personal expulsado por Washington incluye también a 12 funcionarios de inteligencia de la misión rusa en la sede de Naciones Unidas en Nueva York. Trump ordenó también el cierre del consulado ruso en Seattle.
Las personas afectadas y sus familias tienen una semana para abandonar Estados Unidos, informó un funcionario a periodistas.