Un científico nuclear iraní fue ejecutado en Irán, acusado de espiar para Estados Unidos, cinco años después de haber estado implicado en un misterioso caso en el que acusó a la CIA de haberlo secuestrado.
Un portavoz de la justicia iraní anunció ayer en conferencia de prensa la ejecución de Shahram Amiri, de 39 años, del que no se tenían noticias desde 2010.
Amiri había desaparecido en junio de 2009 durante una peregrinación a Arabia Saudita y volvió a aparecer en julio de 2010 en Estados Unidos, solicitando regresar a Irán. Fue acogido entonces con los brazos abiertos por funcionarios iraníes. Desde entonces, no se tenían noticias de él hasta el anuncio de su ejecución. Amiri fue “condenado a muerte por un tribunal de primera instancia, de acuerdo con la ley”.
En julio de 2010, tras su regreso a Irán, Amiri aseguró que había sido secuestrado en Arabia Saudita por dos agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, donde lo mantuvieron durante más de un año. Estados Unidos negó esto.
Unas semanas después, fue visto en varios videos. En el primero afirmaba que fue secuestrado por los servicios secretos de Estados Unidos y Arabia Saudita; en el segundo, decía que fue a Estados Unidos por su propia voluntad para estudiar; y en el tercero, afirmaba que su vida estaba en peligro en Estados Unidos y que quería regresar a Irán.
En marzo de 2010, el canal estadounidense ABC dijo que el científico iraní había desertado y estaba trabajando con la CIA. Un día después de su regreso a Irán, el New York Times, citando a funcionarios estadounidenses, dijo que fue durante años un informante de la CIA en Irán.
